¿Por qué las parejas que viajan juntas permanecen juntas?

Escrito por
Emma Sparks, autora de Lonely Planet

8 Febrero 2019
6 min de lectura
© Matt_Munro_Lonely_Planet
Pareja en una caravana en el Parque Nacional Yellowstone, EE UU

Algunos consejos para seguir juntos en (y después de) un viaje en pareja

Viajar es sexy, esto es un hecho. Varios estudios demuestran que una de las cosas que la mayoría de la gente prioriza al buscar pareja es compartir espíritu viajero; y que colgar una fotografía tomada durante un viaje en el perfil de la aplicación para ligar de turno aumenta las posibilidades de conseguir una primera cita.

 

Pero el viaje no termina ahí. Desde la primera escapada romántica de fin de semana a una ciudad hasta la aventura de una vuelta al mundo para dos, lo bueno y lo malo de viajar juntos puede consolidar una relación de pareja. ¿Cómo? Lo contamos enseguida.

 

Trabajo en equipo

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En los viajes, como en muchos otros aspectos de la vida, la unión hace la fuerza © Inti St Clair / Getty Images 

En los viajes, como en muchos otros aspectos de la vida, la unión hace la fuerza © Inti St Clair / Getty Images 

 

Las parejas que funcionan saben solucionar problemas y llegar a acuerdos, y para afinar estas habilidades no hay nada como viajar. Planificar y reservar un viaje, orientarse por una ciudad desconocida o superar contratiempos inesperados –retrasos de trenes, pérdida de tarjetas de crédito o incluso estafas– exige un buen trabajo en equipo. La satisfacción obtenida al superar juntos esta clase de obstáculos une a la pareja y refuerza la confianza mutua.

 

Un consejo: Tomar decisiones conjuntas no siempre es fácil; sobre todo si los estilos de viajar son diferentes. Si se termina discutiendo, para no acabar ‘malamente’, como diría Rosalía, lo mejor es parar. Y si ni así se arregla la cosa, siempre se puede probar con una batalla de gallos, como los raperos.

 

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África

 

Experimentar cosas nuevas juntos

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¿Qué pasiones compartidas descubriréis como pareja durante el viaje? © Jacob Lund / Shutterstock

¿Qué pasiones compartidas descubriréis como pareja durante el viaje? © Jacob Lund / Shutterstock 

 

Ninguna pareja desea distanciarse, así que, ¿qué mejor que crecer y cultivarse juntos? Y lo de ‘cultivarse’ incluso puede tener un sentido literal si, por ejemplo, las plantas tropicales del viaje inspiran a alguien a acicalar el jardín o las macetas de vuelta a casa. Tanto si las tripas rugen al unísono al pasar por los puestos de tentempiés callejeros, como si las miradas se encuentran compartiendo una sonrisa al atisbar a la vez a un ave exótica en libertad, las experiencias compartidas y las oportunidades de aprender que ofrece un viaje alimentan los intereses comunes que consolidan la conexión entre dos personas.

 

Un consejo: Llevarse esa nueva ‘sabiduría de mundo’ a casa: aprender a cocinar el plato tailandés que más se ha disfrutado y organizar una cena con las amistades; colgar en casa el espejo marroquí por el que tanto se regateó; o matricularse en un curso para aprender chino.

 

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Antártida

 

Una pausa vital de la rutina

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¿Es hora de romper con la rutina del sofá, la comida a domicilio y las series? © Image by Karl Browne / Getty  Images

¿Es hora de romper con la rutina del sofá, la comida a domicilio y las series? © Image by Karl Browne / Getty  Images

 

Puede que una maratón de "Narcos" en pijama comiendo pizza sea la norma de muchas parejas, pero en lugar de eso ¿no sería mejor saborear Colombia o Italia de verdad? Viajar rompe con la rutina diaria, inyectando una nueva dosis de espontaneidad a la relación.

 

Un consejo: A veces los viajes invitan a reflexionar sobre la vida en casa y a hacer cambios que benefician a la pareja, como apostar por las escapadas juntos, ver menos la tele o descubrir nuevas aficiones. Si un viaje inspira un cambio, lo mejor es pactarlo y cumplirlo, porque al volver a casa es fácil volver a caer en los antiguos hábitos.

 

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América del Norte y Central

 

Ver lo peor del otro

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La empatía no conoce límites cuando el ser querido pasa un mal momento © Krzysztof Dydynski / Lonely Planet

La empatía no conoce límites cuando el ser querido pasa un mal momento. © Krzysztof Dydynski / Lonely Planet 

 

Hambre. Cansancio. Malestar físico. Es muy posible que la pareja experimente todo esto en algún momento del viaje. Si uno lo pasa mal, el otro tendrá que aguantar los malos momentos y las quejas sabiendo que, tarde o temprano, todo se arreglará. Si los dos pasan hambre o se ponen malos a la vez, deberán estar preparados para pelearse por la última patata frita de bolsa o –peor todavía– por la taza del váter.

 

Un consejo: Cuando la pareja se siente vulnerable tan lejos de casa hace que se necesiten el uno al otro más que nunca. Es hora de cuidar al ser querido y ocuparse de todo lo que haga falta. El poder curativo de una buena siesta y un buen bocado es sorprendente.

 

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Oceanía

 

Ver lo mejor del otro

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¿Puede un viaje devolver la pasión a una relación? Creemos que sí © Monkey Business Images / Shutterstock

¿Puede un viaje devolver la pasión a una relación? Creemos que sí © Monkey Business Images / Shutterstock 

 

Viajar da brillo a la mirada y activa a las personas, y al contemplar el mundo en pareja, esa sensación de sentirse bien se asocia con el ser querido. Esto, combinado con la luz que emana el otro y la felicidad propia del momento, hará que la pareja vuelva a mirarse como si fueran dos adolescentes enamorados.

 

Un consejo: Es el mejor momento para estar presente y nunca se volverá a ser tan joven como ahora (esto es una máxima motivacional como una casa) ni quizá tan feliz. Hay que aprovecharlo a tope.

 

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Europa

 

Descubrir las pequeñas manías de cada uno

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Los compañeros de viaje se muestran tal y como son, manías incluidas © peterotoole / Getty Images

Los compañeros de viaje se muestran tal y como son, manías incluidas. © peterotoole / Getty Images

 

Se pueden averiguar muchas cosas sobre una persona observando su comportamiento a la hora de viajar. El método para hacerse el equipaje (o la falta de método), los modales en el avión y los hábitos en el bufé del desayuno delatan rasgos de carácter que, quizá hasta ahora, eran felizmente ignorados. Las parejas afortunadas a lo mejor descubren que sus manías están totalmente en armonía –o que, al menos, se complementan–, mientras que las más dispares deberán trabajárselo un poco para, por ejemplo, combinar la tendencia a perder el pasaporte de uno con el miedo a perder un vuelo del otro.

 

Un consejo: La paciencia es clave, y hay que estar a las duras y a las maduras. Siempre hay que recordar que el otro no es el único que tiene fallos.

 

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Asia

 

Ganar nuevas perspectivas comunes

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Viajando en pareja habrá tiempo para arreglar el mundo, lo cual se traduce en un mayor nivel de comprensión © zstock / Shutterstock

Viajando en pareja habrá tiempo para arreglar el mundo, lo cual se traduce en un mayor nivel de comprensión © zstock / Shutterstock

 

Viajar puede alterar el sentido del tiempo. De repente hay horas, días o semanas para hablar de todo, desde recuerdos de infancia hasta temas de política global. Con una mayor comprensión de los puntos de vista del otro, es posible que nazca una nueva perspectiva común (p.ej., si ha sido posible soportar un trayecto de 19 h en autobús por la China rural, será posible soportar cualquier cosa) y que los planes más difusos para el futuro se conviertan en objetivos meditados y asequibles.

 

Un consejo: Si bien viajar permite alinear perspectivas, también puede que destape diferencias de opinión que nunca antes habían surgido. Conviene aprovechar el tiempo fuera de casa para tratar temas importantes en un entorno libre de estrés y resolver las molestias recurrentes.

 

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América del Sur

 

Crear recuerdos que duran toda una vida

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Viajar en pareja es infalible para construir recuerdos que acompañen toda la vida © James Bedford / Lonely Planet

Viajar en pareja es infalible para construir recuerdos que acompañen toda la vida © James Bedford / Lonely Planet

 

No hace falta dar la vuelta al mundo para tener recuerdos maravillosos, aunque es algo que siempre ayuda. Después de montar en el Transiberiano, surcar el Amazonas o recorrer en coche la Ruta 66 mano a mano, la pareja habrá acumulado un sinfín de experiencias interesantes que recordar durante la vejez; y otro sinfín de anécdotas con las que aburrir a los nietos.

 

Un consejo: Es buena idea llevar un diario del viaje y, al regresar a casa, montar un álbum de recortes y fotografías especiales. Hojearlos cuando ambos miembros de la pareja peinen canas permitirá revivir bonitos recuerdos de aventuras y romance, e incluso animarse a emprender un viaje de aniversario.

 


 

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