Vacaciones en casa, con amigos o en familia, el plan del 2020
Para los no iniciados, unas vacaciones de proximidad o ‘vacasaciones’ son unas vacaciones en casa o de viaje por el territorio nacional, sin llegar a cruzar fronteras internacionales. Es un término de origen inglés, staycations, que se popularizó con la crisis económica de finales de la primera década de los 2000, cuando la mayoría de la gente no tenía dinero para gastarse en unas vacaciones caras en el extranjero. También hace referencia a pasar las vacaciones en una casa de alquiler o en un apartamento en lugar de en un hotel.
Los viajes al extranjero siguen limitados en la actualidad, ya sea por las restricciones que cada gobierno aplica o por la necesidad de distanciamiento social, y ahora que los confinamientos empiezan a relajarse llega el momento de apostar de nuevo por las vacaciones de proximidad.
A continuación, siete razones por las que se deberían hacer vacaciones en casa:
Cerca de casa también nos esperan aventuras © Marques / Shutterstock
1. Las opciones de viaje al extranjero son limitadas
Mientras se redacta este artículo los desplazamientos no esenciales siguen firmemente restringidos en todo el mundo. Todos esperamos que la situación mejore y que dichas restricciones se levanten más pronto que tarde, pero es probable que el turismo internacional siga planteando dificultades al menos a un año vista, si no más. Desde colas más largas en los controles de los aeropuertos hasta aforos muy reducidos en los puntos de interés más visitados, toda la experiencia turística será diferente. Una opción más fácil será optar por el transporte privado y viajar dentro del territorio nacional, en cuando los gobiernos nacionales lo autoricen.
2. Necesitamos pensar en vacaciones para tener algo que esperar con ganas
Antes de la crisis de la COVID-19 muchos de nosotros teníamos la suerte de considerar los viajes como una necesidad vital, y no como un lujo. Y pese a que ahora hemos tenido que replantearnos rápidamente lo de viajar, en nuestra mente todavía tenemos grabado que alejarnos de nuestra vida cotidiana y vivir una experiencia nueva es algo muy positivo, e incluso esencial. Reservar unas vacaciones de proximidad nos da algo que esperar con ganas. Tanto si vamos a regresar a un lugar que ya conocemos como si vamos a explorar un paraje desconocido, lo que necesitamos es salir de las cuatro paredes de la vida confinada.
Descubrir nuevos parajes recordando mantener las precauciones © lunamarina / Shutterstock
3. Las vacaciones deben estar lo más libre de estrés posible
La vida ha sido y sigue siendo bastante estresante, así que pese a que necesitemos cambiar de aires, ese cambio tiene que ser algo relativamente sencillo de manejar. Unas vacaciones de proximidad en una casa de alquiler permiten mantener las precauciones necesarias y, al mismo tiempo, disfrutar de un descanso. Utilizar el transporte privado, encontrar un destino con actividades (como excursiones) que puedan practicarse fácilmente sin mantener contacto directo con otras personas, y alojarse en una casa en lugar de un hotel permiten mantener la distancia social y darse un respiro de la rutina. Con un poco de planificación extra antes de partir se pueden minimizar los desplazamientos a las tiendas y llegar al destino con una buena lista de actividades que practicar con seguridad en la zona.
Es el momento de visitar lugares sin el agobio de las multitudes © LuxBlue / Shutterstock
4. En este momento en casa habrá menos turistas extranjeros
El descenso de turistas extranjeros no es algo positivo desde un punto de vista económico, pero hará que los sitios más populares estén menos abarrotados. A medida que se vayan levantando lentamente las restricciones en todo el mundo se abrirá la posibilidad de disfrutar de lugares únicos y fascinantes sin el agobio de las multitudes. Está claro que en algunas ocasiones habrá que hacer más colas que antes, manteniendo la distancia social, pero que se acumule menos gente también hará que sea más fácil apreciarlos. En general, toda la experiencia resultará mucho más lenta y más intensa, y la recordaremos mucho más.
5. Después del confinamiento se nos da bien ver y hacer menos
A lo largo de los próximos meses cualquier período de vacaciones probablemente incluirá menos visitas a puntos de interés, menos actividades que impliquen cercanía con otras personas y menos tiempo a pasar en los cafés, bares y restaurantes que antes. Pero está bien. Hasta ahora hemos practicado muy seriamente el "arte" de quedarse en casa en lugar de salir por ahí; y este aprendizaje es algo que también podemos aprovechar durante las vacaciones: disfrutar de un entorno nuevo pero divirtiéndonos al ritmo de vida lento al que nos hemos acostumbrado estos últimos meses. Si las ‘vacasaciones’ del lector son literalmente eso, quedarse en casa y actuar como si se estuviera de vacaciones, será una delicia visitar algún punto de interés local que siempre haya querido visitar.
Unas vacaciones de proximidad pueden brindarnos tiempo de calidad junto a nuestros seres queridos en plena seguridad © Morsa Images /Getty Images
6. Podemos comunicarnos con nuestros seres queridos
Si tenemos seres queridos que siguen confinados, unas vacaciones de proximidad también pueden brindarnos la oportunidad de ir a saludarles en persona respetando la distancia social. Pese a que no es lo mismo que ir a pasar unos días con los abuelos o los amigos como se hacía normalmente hasta ahora, el contacto cara a cara sigue siendo importante. Y seamos honestos: siempre es mejor verlos, aunque sea manteniendo la distancia, que no verlos. Además hay un plus añadido, y es que viajar a un lugar conocido a visitar a nuestros seres queridos pero alojándonos en un sitio que no conozcamos puede descubrirnos nuevas perspectivas de un lugar que creíamos conocer.
Disfrutar con nuevas perspectivas de lugares ya conocidos o a los que hace tiempo se desea volver © LucVi / Shutterstock
7. Con las vacaciones en casa podemos ayudar a la economía local
Puede que haya quien piense que ahora no merece la pena viajar porque no es posible hacerlo de una manera ‘normal’, pero si todas las razones expuestas hasta ahora no han convencido al lector, quizá podamos apelar al altruismo del viajero. Y es que visitar otra región de nuestro país hará que contribuyamos a la economía local de una comunidad distinta a la nuestra. Pensemos en todos esos pequeños negocios relacionados con el turismo y lo mucho que les va afectar esta situación. La distancia social nos obliga a apostar por ellos menos que antes (iremos a menos cafés, acudiremos a menos tiendas, visitaremos menos museos pequeños…) pero esto no quita que podamos seguir aportándoles algo, y eso siempre será mejor que no hacer nada.
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