Vanuatu

Escrito por
Lonely Planet

4 Septiembre 2024
3 min de lectura
© Defrancais Istvan/Shutterstock
Kayak en el Matevulu Blue Hole, isla de Espíritu Santo.
Magia, misticismo y 'kastom' (cultura tradicional) se encuentran en este salvaje y accidentado archipiélago de 83 islas, la nación con mayor diversidad lingüística per cápita del mundo. La crudeza de Vanuatu, a menudo escapa a los viajeros, que optan por islas más desarrolladas del Pacífico, pero es la clave de su atractivo. Entre inmersiones en pecios, rituales antiguos y el espectáculo de la lava arrojada por un volcán activo, los visitantes disfrutan cada vez de más comodidades modernas. El plan nacional de desarrollo sostenible prioriza la protección de la naturaleza para las generaciones futuras, así que resulta fácil dejar un impacto leve.

Imprescindible

  • Ver salir flujos de lava del borde del volcán Yasur, en la isla de Tanna.
  • Probar la bebida típica de Vanuatu, kava, en un bar de cualquier isla.
  • Bucear en famosos pecios y arrecifes de coral o chapotear en la laguna Azul y las cascadas de Mele de la isla de Éfaté.
  • Vivir la rica mezcla de tradiciones culturales, desde el peculiar festejo del Día de John Frum en la isla de Tanna hasta los dibujos en la arena de la isla de Malekula en mayo.
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Escultura de madera de deriva en la costa de Port Vila. Mark and Anna Photography/Shutterstock ©

Escultura de madera de deriva en la costa de Port Vila. Mark and Anna Photography/Shutterstock ©

País feliz

El año 2025 se cumple una década desde que uno de los peores ciclones que azotó el Pacífico Sur arrasara Vanuatu. El ciclón Pam no fue el primer desastre natural que sufrió el país, ni será el último. Y, pese a estas adversidades, esta pequeña nación de solo 300 000 habitantes encabeza la clasificación del Índice del Planeta Feliz. 

Resulta más fácil entender por qué cuando se aterriza en Port Vila, en la isla principal de Éfaté. Acurrucada entre un deslumbrante puerto natural y una laguna turquesa de ensueño, Vila es quizá la capital con una ubicación más idílica del mundo. El ritmo es lento; la bienvenida, cálida y el entorno, relajante. A pesar de las tormentas de todo tipo sufridas por Vanuatu en los últimos años, hay mucho por lo que sentirse feliz.

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Cascadas de Mele, en Éfaté, cerca de Port Vila. Martin Valigursky/Shutterstock ©

Cascadas de Mele, en Éfaté, cerca de Port Vila. Martin Valigursky/Shutterstock ©

Tierra antigua, culturas antiguas

Vanuatu está cubierto de jungla, bordeado por playas desiertas, salpicado de volcanes y rodeado de senderos pintorescos. Pero quizá lo más memorable del viaje sea conocer las ricas y diversas culturas de los ni-vanuatu (pueblo melanesio de Vanuatu, también llamado ni-van). Desde las tribus kastom de la isla de Tanna, que conservan su antiguo estilo de vida en un mundo moderno (y la veneración por el difunto duque de Edimburgo), hasta la cautivadora danza de la serpiente Ra interpretada por los hombres de la isla de Ra, en las islas Banks, no faltan las oportunidades para una inmersión cultural. 

En Port Vila se puede experimentar la cultura ni-van, pues el kastom tiene un papel importante en la vida cotidiana de la mayoría de los lugareños, y es el mejor lugar para descubrir las numerosas influencias culturales, incluidas la francesa y la británica, que han contribuido a moldear desde la cocina vanuatense hasta el idioma principal, el bislama, que se desarrolló en un período oscuro de la historia de Vanuatu, cuando los británicos esclavizaron a los ni-van para trabajar en plantaciones de Australia y otros lugares. Este idioma común contribuye a unir una nación con más de 130 grupos lingüísticos.

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Tradicional danza kastom ante el volcán Yasur, isla de Tanna. Paulharding00/Shutterstock ©

Tradicional danza kastom ante el volcán Yasur, isla de Tanna. Paulharding00/Shutterstock ©

Nuevos comienzos

Vanuatu salió hace poco de la clasificación oficial que lo situaba como uno de los países menos desarrollados del mundo, un hito alcanzado por muy pocas naciones en los últimos 40 años. Si bien la falta de desarrollo es uno de sus encantos, una serie de aperturas y mejoras turísticas recientes y futuras mejoran la visita. 

Cerrado desde la pandemia, el Ratua Private Island Resort, en la isla de Espíritu Santo, brindó a sus huéspedes una de las estancias más lujosas y de bajo impacto en Vanuatu en el 2024. Este resort sin ánimo de lucro ofrece alojamiento a solo 42 huéspedes en 13 villas javanesas restauradas, a las que la brisa del mar proporciona aire acondicionado, y su carta emplea productos orgánicos locales.

Moso Dream Tours & Transfers es un nuevo proyecto de gestión y propiedad local que ofrece aventuras en la isla de Éfaté, mientras que en la isla de Tanna el White Grass Ocean Resort & Spa, con el único centro de buceo de la isla, ha estado trabajando con el Departamento de Pesca de Vanuatu para establecer una zona marina protegida con el fin de preservar el arrecife que bordea la isla y su fascinante ecosistema.

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