Terai, Nepal

Escrito por
Lonely Planet

20 Septiembre 2024
3 min de lectura
© Rene Holtslag/Shutterstock
Parque Nacional de Chitwan.
Nepal es sinónimo del Himalaya, pero las llanuras del sur –una franja de bosques, praderas y humedales conocida como el Terai– muestran una cara totalmente diferente del país. Esta región infravalorada, que ocupa una cuarta parte de su masa continental, es clave por su biodiversidad, con reservas famosas por sus rinocerontes y aves. El Terai también es culturalmente rico y acoge uno de los lugares budistas más importantes del mundo, un templo hindú fabuloso y un centro de cultivo de té. Salvo en algunos puntos, sobre todo el Parque Nacional de Chitwan, aún es fácil evitar las multitudes.

Imprescindible 

  • Realizar un safari en canoa o en barco por el río Rapti, en el Parque Nacional de Chitwan, en busca de rinocerontes y cocodrilos. 
  • Visitar el templo Maya Devi de Lumbini, considerado el lugar de nacimiento de Buda. 
  • Ir al Janakpur Women’s Development Centre, una ONG que ayuda a las mujeres locales a mantener las tradiciones artísticas y artesanales de Mithila. 
  • Disfrutar de una degustación y ayudar con la cosecha en un circuito por una plantación de té de Ilam.  

Tierra del rinoceronte de un solo cuerno 

Coto de caza real antes de convertirse en reserva de fauna, el Parque Nacional de Chitwan desempeñó un papel esencial para salvar de la extinción al rinoceronte de un solo cuerno. Se calcula que este parque, la mayor atracción turística del Terai y Patrimonio Mundial de la Unesco, alberga ahora 694 de estas imponentes criaturas, casi una quinta parte de la población total. Y la cifra crece, por lo que son habituales los avistamientos en safaris en todoterreno, piragua, barco o a pie. También se puede descubrir una gran variedad de otras especies, desde osos perezosos y cocodrilos hasta elefantes y, con suerte, tigres. El trabajo de conservación continúa y hace poco se han visto nutrias lisas por primera vez en dos décadas.  

Rinoceronte pasturando por el Parque Nacional de Chitwan.

Rinoceronte pasturando por el Parque Nacional de Chitwan. © Getty Images

Al oeste, el Parque Nacional de Bardiya es más tranquilo, aunque igual de cautivador. La zona protegida más grande del Terai es un mundo aparentemente virgen de bosques, sabanas y ríos vigilados por una creciente población de tigres (125 en el 2022), además de unos 38 rinocerontes. Dos de estos han sido recientemente introducidos en el paraíso ornitológico de Koshi Tappu, una reserva de fauna en los humedales del este del Terai que carecía de rinocerontes. Los jóvenes, rescatados por conservacionistas tras ser abandonados cuando eran crías, se unen a cientos de especies de aves y al último grupo que queda del amenazado búfalo de agua en estado salvaje en Nepal.  

Janaki Mandir, lleno de peregrinos, en Janakpur. © Arnav Pratap Singh/Shutterstock

Janaki Mandir, lleno de peregrinos, en Janakpur. © Arnav Pratap Singh/Shutterstock

Té e iluminación 

El Terai acoge también dos de los sitios religiosos más importantes del país, que atraen a peregrinos de todo el sur de Asia y otros lugares, pero a relativamente pocos viajeros.  

Rodeado de jardines meditativos, el templo Maya Devi de Lumbini se considera el lugar donde nació Siddhartha Gautama, es decir, Buda, hacia el año 563 a.C. La estructura es uno de los sitios arqueológicos más importantes del país, además de un lugar de enorme significado espiritual. Se alza en un vasto y tranquilo parque donde también se hallan otros templos y monasterios modernos, cuyos diversos estilos reflejan las tradiciones arquitectónicas de las comunidades budistas de todo el mundo, y la reluciente estupa Shanti (pagoda de la Paz), dorada y blanca.  

Unos 300 km al este de Lumbini, en la ciudad sagrada de Janakpur destaca el llamativo Janaki Mandir, un templo hindú finalizado en 1910. Dedicado a la diosa Sita, que se dice que se halló en el lugar cuando era una niña, resulta especialmente evocador por la noche cuando se ilumina con brillantes luces multicolores. Janakpur es también el centro de una renacida tradición artística, la pintura de Mithila, que se remonta a casi tres milenios. 

Cosecha de té en Ilam.

Cosecha de té en Ilam. © gorkhe1980/Shutterstock

Si se continúa viaje hasta el extremo oriental del Terai, se encontrará la zona productora de té de Ilam, que recibe muy pocos turistas en comparación con la más conocida región de Darjeeling, justo al otro lado de la cercana frontera con la India. Accesibles por una sinuosa carretera, las exuberantes colinas verdes de Ilam están cubiertas de plantaciones de té, en varias de las cuales se ofrecen circuitos y degustaciones; la mejor época para la visita es durante la temporada de recolección, de abril a noviembre. Aparte de producir un té excepcional, los valles, crestas y bosques de pinos, robles y rododendros de Ilam son geniales para practicar senderismo y observar aves.

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