Por qué visitar Raja Ampat
Las islas Raja Ampat son increíblemente únicas, tanto por encima como por debajo del agua. Comprenden más de 1500 arrecifes e islotes, repartidos entre las islas más grandes: Batanta, Waigeo, Salawati y Misool (los «cuatro reyes» que le dan nombre en bahasa). Esta zona alberga los arrecifes de coral con mayor biodiversidad del planeta, donde las mantarrayas desfilan junto a caballitos de mar pigmeos, y donde los tiburones alfombra se cruzan con tiburones charretera. En tierra firme, los grandes acantilados esconden pasajes y lagunas salpicadas de pináculos y playas secretas. La mejor forma de explorar este paisaje insular es a bordo de un bugis phinisi, un velero tradicional diseñado originalmente para el comercio entre las islas que hoy sirve para salir a bucear, ir a la aventura o para relajarse. Tanto si se prefiere alquilar un barco con la familia como unirse a un grupo de personas en un liveaboard (barco de buceo para salidas de varios días), el viaje por los «cuatro reyes» de Indonesia es incomparable.
Cuándo ir
En Raja Ampat las estaciones son muy diferentes a las del resto del país. De octubre a abril –cuando la mayor parte de Indonesia está en pleno monzón, con muchas lluvias–, Raja Ampat vive su estación seca, con mares calmos y una vida marina excepcional que incluye la presencia de mantarrayas. Al tratarse de Indonesia, siempre lloverá un poco, pero serán chubascos cortos y puntuales, y las nubes brindan puestas de sol espectaculares. En el punto álgido del monzón del suroeste, en julio y agosto, el viento impide que los barcos de viajes de buceo naveguen por las islas del sur, Misool incluida.
En Waigeo, Wayag, Gam y el estrecho de Dampier Strait, al norte, se puede bucear todo el año. Para disfrutar al máximo de Raja Ampat, conviene visitarla a principios de temporada, entre octubre y diciembre, cuando los mares están calmos para poder ir hasta Misool, al sur, y cuando las rayas mobula se congregan para alimentarse de enormes bancos de peces. Quien quiera alejarse del mundanal ruido puede visitar la zona en temporada baja, de mayo a septiembre, cuando casi todos los barcos de buceo navegan hacia el oeste, rumbo a Komodo, y en Raja Ampat hay menos turismo.
- Inicio de temporada (oct-dic). Fantásticas condiciones de norte a sur y una vida marina excepcional, incluidos encuentros con mantarrayas y rayas mobula.
- Temporada baja (may-sep). Hace más viento, pero las islas del norte están resguardadas y reciben poco turismo. El viajero tendrá incluso las zonas más populares casi para él solo.
Presupuesto diario
- Liveaboard de aventura: desde 250 €/persona y noche en camarote compartido (incl. inmersiones y comidas).
- Liveaboard de lujo: 400-600 €/persona y noche en camarote compartido (incl. inmersiones y comidas).
- Salida privada: desde 2000 €/noche por todo el yate (todo incluido).
- Alquiler de material (equipo completo, con regulador, chaleco, aletas, máscara y traje de neopreno): 40-60 €/día
- Tasas del parque marino: 70 €/persona
Itinerarios perfectos
Itinerarios increíbles por Raja Ampat
Días 1 y 2 – El corazón de Raja Ampat
Buceador entre un banco de peces. ©frantisekhojdysz/Shutterstock
Después de embarcar e instalarse en el camarote en Sorong, puerta de entrada a Raja Ampat, se navega rumbo al noroeste hacia el estrecho de Dampier para disfrutar de unas primeras inmersiones excepcionales con las que dar comienzo a la exploración. Por este pasaje –entre Batanta, al sur, y las islas Waigeo y Gam, al norte– pasan grandes cantidades de agua del océano Pacífico hacia el mar de Banda, al suroeste, como parte de un extraordinario movimiento de agua llamado Flujo Transversal Indonesio (ITF, por sus siglas en inglés). Las fuertes corrientes, combinadas con un agua muy rica en nutrientes, generan las condiciones perfectas para el prolífico crecimiento de los arrecifes y la abundante vida marina a la cual dan cabida. Por eso el buceo es tan bueno.
Los mejores puntos de inmersión están donde las corrientes se arremolinan junto a arrecifes y cabos aislados. Desde Blue Magic (en medio del estrecho) hasta los vecinos Sardine Reef y Cape Kri, se pueden explorar arrecifes cubiertos por bancos de peces que, literalmente, llegan a bloquear la luz solar. La gran abundancia de vida marina en esta zona es simplemente excepcional, tanto en términos de cantidad de especies como en número de individuos. De hecho, Cape Kri, en la isla de Mansuar, en medio del estrecho, ostenta el récord mundial del mayor número de especies de peces diferentes registrado por científicos en una sola inmersión.
Y por si esto no fuera suficiente, el estrecho de Dampier es también uno de los mejores sitios en Indonesia para ver mantarrayas. Aunque estos animales que se alimentan de plancton se dejan ver por todo Raja Ampat, el estrecho tiene la fama de ofrecer encuentros muy especiales. En Manta Sandy y Manta Ridge, las mantarrayas de arrecife se reúnen en formación para alimentarse en las corrientes y para visitar lo que podríamos llamar estaciones de limpieza, donde pequeños peces arrancan y se comen la piel muerta y los parásitos del cuerpo de las mantarrayas (es el equivalente submarino a una visita al centro de estética). Con un poco de suerte, incluso se pueden ver «trenes de apareamiento» de mantarrayas en época de cortejo. En Blue Magic, al este, existe la oportunidad de ver a mantarrayas de arrecife y a mantarrayas oceánicas, que son enormes, incluidas las de color negro, que son muy poco habituales. Estas enormes mantarrayas pueden alcanzar los 5 m de envergadura y su aspecto recuerda al de los aviones bombarderos Stealth Bombers surcando las profundidades.
Aunque es difícil separarse de las mantarrayas, hay que seguir adelante; y la diminuta isla de Arborek ofrece la posibilidad de desembarcar y relajarse después de la inmersión. Esta isla es una parada popular entre los barcos liveaboards, ya que marca el extremo occidental del estrecho. La población local siempre es muy acogedora con los visitantes, en particular los niños que rondan por el muelle. No hay que dejar pasar la oportunidad de ponerse una máscara y lanzarse al agua: este muelle es famoso por los grandes bancos de peces que se reúnen alrededor de los pilares.
Días 3 y 4 - Del norte al Pacífico
Dejando atrás el estrecho, el phinisi pondrá rumbo al noroeste para el resto del viaje. Al tratarse de Raja Ampat, habrá algo de exploración por el camino, y se para en la isla de Yangeffo, en la punta oeste de Gam. Los buceadores pueden explorar parajes tan coloridos como Mayhem y Citrus Ridge, mientras que los que practican esnórquel pueden ir a los manglares en busca de peces arqueros, unos peces que escupen y capturan insectos en las ramas que hay sobre el agua. No muy lejos se halla The Passage, un canal estrecho y sinuoso, parecido a un río, que separa las islas de Gam y Waigeo. Si la visita coincide con el cambio de las mareas, se podrá terminar el día dejándose llevar por la corriente, admirando la jungla y el arrecife que hay justo debajo de la superficie.
Gam también es famosa por sus endémicas aves del paraíso, que solo se encuentran en unas pocas islas del estrecho de Dampier y alrededores. Merece la pena madrugar para disfrutar de una ruta a pie antes del alba que permita ver a estas bellezas de color rojo en las horas en que los machos se reúnen para mostrarles las plumas a las hembras. La hermosa e incluso surrealista visión de estas aves danzando entre las ramas, mientras exhiben sus colores rojos, amarillos y verdes y las largas plumas de la cola, que parecen alambres, hace que el madrugón sea un poco menos doloroso.
A continuación se navega por la costa de Waigeo rumbo a la bahía de Aljui y la isla de Kawe. Dentro de la bahía hay una granja de perlas que resulta una parada fascinante: se puede ver cómo trabaja el personal y aprender cómo se propagan las perlas, además de adquirir recuerdos únicos. Al noroeste se halla la isla de Kawe, donde se pueden hacer inmersiones en Eagle Rock y Changgo (ambos famosos por su rica vida marina), antes de cruzar el ecuador en la punta norte de la isla. Si esta es la primera vez que el viajero lo cruza, la tripulación, liderada por el mismísimo «rey Neptuno», le hablará de los misterios de las profundidades, una vieja tradición naval que suele incluir divertidos disfraces y quizá un par de copas. O, si las mareas son aptas, se podrá bucear del hemisferio norte al hemisferio sur en las islas Ecuador, de nombre muy apropiado.
Haciendo paddle en la isla de Wayag. © Shutterstock / zaferkizilkaya
La última parada del viaje hacia el norte es la espectacular isla de Wayag, que mira hacia el Pacífico abierto en el extremo noroeste de Raja Ampat. Se podrán hacer inmersiones en Edi’s Cave, Bommie Bowl y Cathedral Rock; otra opción es desembarcar en la estación de los guardas forestales para practicar esnórquel y ver a las crías de tiburón de punta negra que se congregan en las aguas poco profundas. Pero la gran atracción es el ascenso (30 min) a la cima del monte Pindito, con sus vistas de la laguna de Wayag, salpicadas de pináculos envueltos en jungla y cruzada por una red de arrecifes de color aguamarina. La ciencia ha descubierto hace poco que la laguna es un criadero de mantarrayas, así que conviene estar atento desde la cima a las rayas que se mueven por el agua.
Días 5 a 8 - Rumbo al sur hacia Misool
Después de una puesta de sol memorable desde la cima de Wayag y de una barbacoa en la playa con pescado capturado con caña por un pescador local, se empieza el viaje hacia el sur, navegando durante la noche en dirección a Piaynemo y las islas Fam. Estas islas custodian la entrada occidental del estrecho de Dampier y están situadas justo en la trayectoria de las corrientes que atraviesan el pasaje, razón por la cual cuentan con una vida marina excepcional. Merece la pena visitar zonas de inmersión como Galaxy, Barracuda Rock y el hermoso Melissa’s Garden, pero, como suele pasar casi todos los días en Raja Ampat, también existe la tentación de desembarcar y explorar los paisajes kársticos por los que Piaynemo es famoso. Las diminutas islas repartidas a lo largo de la costa noroeste de Piaynemo esconden innumerables playas secretas y otro mirador que rivaliza con el de Wayag por sus excepcionales vistas sobre una singular laguna en forma de estrella.
Navegando de noche una vez más se llega a la isla de Misool a tiempo para ver salir el sol sobre la escarpada ristra de islas que se extiende al este desde Misool. Escondidas en este espectacular paisaje, hay algunas zonas de inmersión inusuales, como las cuevas submarinas de Farondi y la Love Potion #9 (que tiene un arrecife tan hermoso que hace que todo el mundo se enamore del mundo submarino). También existen muchas opciones si no se bucea, ya que en estas islas hay mucho por descubrir. Se puede ir en busca de arte rupestre, explorar la laberíntica laguna de Balbulol, subir a la isla de Harfat para contemplar las vistas del paisaje kárstico o alquilar un kayak y explorar las cuevas de Tomolol. Estas grutas acuáticas han sido veneradas durante mucho tiempo por los aldeanos musulmanes; los visitantes podrán admirar sus bellas formaciones minerales y sus pasadizos.
Buceo en Misool. © Subphoto.com/Shutterstock
El día siguiente se navega rumbo a las islas que hay repartidas al sur y al este de Misool, uno de los mejores lugares del mundo para el buceo de arrecifes y, posiblemente, también algunos de los paisajes insulares más bellos del planeta. La mayor parte de esta zona queda hoy dentro de la Zona Marina Protegida de Misool, una reserva de 220 km2 en el epicentro de la biodiversidad marina. Semejante nivel de protección es el resultado de años de campañas y trabajo por parte de los biólogos marinos y el equipo de Misool Eco Resort, construido en el antiguo emplazamiento de un campamento de pesca de tiburones. Se ha llegado a un acuerdo con las aldeas de las islas de la zona para declarar dos zonas libres de pesca y un corredor restringido de aguas azules, y el resultado ha sido un estallido de vida marina, con un número saludable de tiburones y grandes cantidades de peces que regresan a los arrecifes. Se puede bucear desde Wayilbatan hasta Fiabacet, Yillet y Boo, y explorar los espectaculares arrecifes que hay en Four Kings, Nudi Rock y Boo Windows, para culminar con una inmersión en Magic Mountain en busca de mantarrayas oceánicas. Hay que estar preparado para maravillarse ante la abundancia y exuberancia de vida en estos arrecifes tan coloridos y espectaculares, donde se bucea junto a esponjas de neón y látigos de mar, y a través de densos bancos de peces. Y todo eso antes de entrar en el resort para nadar entre tiburones de punta negra delante del restaurante.
Antes de poner dirección al norte rumbo a Sorong para completar el viaje, se cruza el corredor protegido de aguas azules hasta las islas Daram, el punto más oriental de la reserva marina. Tras unas últimas inmersiones en Andiamo y Candy Store, se desembarca para disfrutar de una última cena en una playa prístina y remota, rodeada únicamente por arrecifes y mar azul. Un final de lo más apropiado para un viaje de exploración y descubrimiento por algunos de los paisajes insulares más biodiversos y asombrosamente bellos del mundo.
El autor
Matthew Oldfield
Soy escritor y fotógrafo residente en Bali, desde donde también dirijo ZuBlu, una agencia de buceo especializada en circuitos a medida. He buceado por toda Indonesia, desde Aceh hasta Cenderawasih Bay, pero me siento como en casa contemplando las mantarrayas de Misool en Magic Mountain.