La capital de Kenia, infravalorada durante mucho tiempo por el turismo e incluso por sus propios residentes, por fin brilla como centro de cultura global. Nairobi no es fácil, pero más allá de su rudo exterior rebosa experiencias increíbles para el viajero. La ciudad supera la mirada colonial y abraza sus propios ritmos con un despliegue de restaurantes de cocina local y un elenco de espacios artísticos y culturales que han generado un ambiente característico y fresco que ya es típico de Nairobi.
¿Qué no te puedes perder?
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Disfrutar de la música y danza tradicional en Bomas of Kenya.
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Recorrer el bosque de las colinas Ngong al amanecer y contemplar el monte Kenia y el Kilimanjaro.
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Visitar el Parque Nacional de Nairobi en un safari fotográfico.
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Subir al Kenyatta International Conference Centre y gozar de las vistas, ¡se puede subir en ascensor!
Brillo culinario
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El Parque Nacional de Nairobi empieza donde acaba la ciudad. © drewcarr85/Shutterstock
El panorama gastronómico de Nairobi crece y brilla. Predominan las cartas internacionales, con una ecléctica mezcla de todas las culturas que han pasado por el país a lo largo de décadas; pero sus habitantes tomaron la iniciativa y hoy una gran cantidad de locales trabajan con ingredientes y cocinas autóctonos. Todo un reto para los chefs.
Restaurante en la calle en Nairobi. © Fresnel/Shutterstock
Hay opciones para todos los bolsillos: Cultiva (Karen), está en el mismo huerto donde se cultivan muchos de sus ingredientes y es para bolsillos pudientes, con una carta que varía a base de comida caliente y delicias al horno. Los viajeros con presupuestos más ajustados disfrutarán con el menú degustación de nueve platos de Amaica (Peponi) o de Kienyeji’s (Kilimani), especializado en la cocina de Kenia occidental, incluida la lengua de buey. Nairobi siempre ha ofrecido cocina vegana y vegetariana, pero desde el 2023 hay restaurantes exclusivamente veganos, como Ethos (Westlands) o Bridges (Central Business District).
La música
Disfrutando el festival Blankets & Wine. Miaron Billy/Shutterstock ©
Tras el silencio de los años pandémicos, la música en directo ha vuelto a Nairobi. Abundan las noches de DJ, pero también los conciertos: el reggae, el rap y la rumba son los géneros más populares –la rumba keniata es una versión local de la rumba congoleña que se popularizó en la década de 1960 y sigue muy viva–. K1, en Westlands, programa rumba los domingos por la tarde, y en Geco Café (Lavington) hay conciertos variados.
Tras un breve paréntesis, los festivales trimestrales Blankets & Wine, en el Kasarani Stadium, se preparan para que el 2024 sea su mejor año hasta la fecha. Y si apetece escuchar música tradicional, en Bomas of Kenya (Karen) hay actuaciones diarias de bandas profesionales.
El arte
Los amantes del arte están de suerte. La comunidad artística local lleva décadas muy activa, con veteranos que han creado estilos propios, como la escuela Tingatinga. En los últimos años ha emergido el coleccionismo local, y la subasta anual East African Art Auction es su evento más destacado. Las salas de arte toman nota, e incluso el Museo Nacional de Nairobi, antaño famoso por su mohosa colección de animales disecados, alberga exposiciones e instalaciones muy interesantes.
Uhuru Park and City Square at Nairobi’s heart. © Sopotnicki/Shutterstock
Destaca el pequeño e impresionante jardín botánico, con un jardín de plantas medicinales africanas y un sendero natural con aves. En la Nairobi Gallery del Central Business District se recuerda a Joseph Murumbi, que fue el segundo vicepresidente del país, con su colección de tejidos, sellos y joyas africanas. El arte contemporáneo está por toda la ciudad gracias a espacios como One Off Contemporary Art Gallery (Rosslyn), con un asombroso jardín de esculturas; Circle Art Gallery (Lavington); y la galería colectiva Brush Tu Gallery (BuruBuru), que recibe visitas con cita previa.