Los 10 mejores destinos europeos para el 2015

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Los 10 mejores destinos europeos para el 2015

Best in Europe 2015

Europa es una mezcla mágica de pueblos y culturas, y la variedad de destinos puede resultar desconcertante a la hora de planear un viaje. Para reducir las opciones, hemos pedido a nuestros editores y autores radicados en el viejo continente que elaboren una lista de los 10 destinos más destacados.

La selección de este año incluye una combinación de clásicos recuperados, nuevos destinos que llaman la atención y algunos lugares recónditos que dan ganas de dejarlo todo y partir de inmediato hacia ellos. Bienvenidos a los mejores destinos europeos para el 2015 según Lonely Planet.

1. Akureyri, Islandia

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Akureyri se encuentra a la cabeza del fiordo más largo de Islandia © Federica Gentile / Moment / Getty Images

Hace cinco años Islandia recibía poco turismo. Ahora, tras una crisis monetaria, dos erupciones volcánicas y cinco temporadas de Juego de Tronos, sus espectaculares paisajes y su particular cultura se han hecho con una sólida posición en el mapa viajero.

Para la mayoría de los visitantes eso significa el sur del país: el Círculo Dorado, Reikiavik y las montañas y glaciares de Skaftafell. Akureyri, que recibe menos visitas, se encuentra en la costa norte, bajo las cumbres nevadas en el extremo del fiordo más largo de la isla. Es la segunda población del país, y aunque no hay que esperar la animación de una gran ciudad (solo tiene 18 000 habitantes), es un lugar agradable, más animado que cualquier otro fuera de la capital.

También es una buena base para explorar el norte, con sus verdes pastos, sus pueblos de pescadores, sus cenagales volcánicos, sus cascadas, sus pistas de esquí nórdico y las bahías pobladas de ballenas. El poder de la Tierra se hace evidente en todas partes –glaciares, volcanes, campos de lava y pilas de basalto–, el fondo marino atrae a los submarinistas y las islas cercanas –con grandes colonias de aves acuáticas–, a los aficionados a la ornitología.

2. Leipzig, Alemania

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 Leipzig se prepara para un año de festividades © Oliver Hoffmann / iStock / Getty Images

No es difícil entender por qué esta destartalada pero encantadora ciudad ha sido apodada “la nueva Berlín”: estudiantes, artistas y emprendedores acuden en masa en busca de viviendas baratas y ambiente creativo. Pero Leipzig no imita a nadie: es una ciudad intrépida como pocas. Aún conserva un cuartel de la Stasi (actualmente museo público), y fueron las manifestaciones masivas celebradas aquí en 1989 las que dieron pie a la revolución que culminó con la caída del Muro de Berlín.

Este año se celebra el 850º aniversario de la iglesia de San Nicolás, escenario de muchas de estas protestas políticas, y la Estación Central de Leipzig conmemora su centenario. Por si eso fuera poco, en el 2015 se cumplen 1000 años de la primera aparición documentada de la ciudad en la historia. Así pues, no es de extrañar que este verano se sucedan en ella los festivales y las exposiciones.

Más vale llegar antes de que los modernos se hagan con la ciudad.

3. Azores, Portugal

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 Las Azores son famosas por sus sorprendentes lagos de cráter © mgokalp / iStock / Getty Images

Las Azores están muy lejos de todas partes, lo que explica por qué son uno de los secretos mejor guardados de Europa. Esta espectacular cadena de nueve islas pertenece a Portugal, pero se encuentran en pleno Atlántico, unos 1500 km al oeste de Lisboa. Aquí la naturaleza es la reina: los pocos que las han visitado se entusiasman con sus paisajes color esmeralda, su abundante vida marina y con una oferta de turismo de aventura respetuosa con el medio que ha logrado que las Azores fueran nombradas mejor destino de turismo sostenible del mundo el año pasado.

Se puede ascender el perfecto cono del monte Pico, el más alto de Portugal; avistar ballenas en las ricas aguas de São Miguel o hacer excursiones a pie, en bici o por entre los cañones de São Jorge, una isla convertida en territorio de juego para adultos. Y la lista de actividades al aire libre no acaba ahí.

Se puede volar directamente a las Azores desde EE UU, Canadá y Europa. Además, desde el año pasado hay vuelos económicos desde el Reino Unido, lo que hace pensar que quizá el secreto deje de serlo.

4. Málaga, España

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 Málaga ha sumado a sus tradicionales encantos el señuelo del arte de primera categoría © Tupungato / iStock / Getty Images

La relajada Málaga ofrece sol, playas, buen pescado y un centro histórico lleno de callecitas con ambiente. Todo eso está muy bien. Pero lo que quizá uno no se espere de una ciudad que es la puerta de entrada a la Costa del Sol y sus innumerables resorts es que sea un centro cultural de primer orden mundial.

En los últimos años esta ciudad portuaria de 3000 años de antigüedad ha invertido mucho en arte, y con resultados espectaculares. El Museo Picasso, con más de 200 obras del pintor malagueño, y el Museo Carmen Thyssen, que explora los paisajes y la cultura andaluces, son relativamente nuevos, y en el 2015 se han inaugurado el primer Centre Pompidou fuera de Francia (http://centrepompidou-malaga.eu/) y una delegación del Museo Estatal Ruso (coleccionmuseoruso.es) en una antigua fábrica de tabaco reconvertida.

Si se combinan los encantos tradicionales de Málaga –el pescadito frito y las cervezas en la playa, o las vistas desde el castillo de Gibralfaro, del s. XIV– con la visita a sus galerías y su renovado puerto, el resultado es una gran escapada urbana.

5. Belgrado, Serbia

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 La fortaleza de Kalemegdan, en Belgrado, es un impresionante escenario para un festival © Lunja / iStock / Getty Images

Belgrado, que luce sus elegantes pero decrépitas fachadas cual medalla de honor, se ha erigido en los últimos años como destino para iniciados. Su animada vida nocturna, con sus clubes en barcazas amarradas en el río, ha suscitado comparaciones con otras “B” mucho más famosas (y caras) de Europa occidental: Barcelona y Berlín. Si a eso le sumamos una cocina consistente, una naciente oferta de albergues y nuevas conexiones aéreas con el resto de Europa, el terreno para explorar está listo.

En sus 2300 años de historia ha sido destruida y reconstruida innumerables veces, lo que la convierte en una joya para los amantes de la historia: la fortaleza de Kalemegdan (que este verano acoge un nuevo festival; kalemegdansummerfestival.com/sr), el Palacio Real y un puñado de museos fascinantes son visitas imprescindibles. Y para gozar de una perspectiva única de la ciudad, se ofrecen nuevos circuitos en kayak, en bici o subterráneos (tob.rs/belgrade-sightseeing-tours/other-sightseeing-tours).

Entre los barrios y destinos recomendados están las calles adoquinadas de la bohemia Skadarlija y el centro creativo de Savamala (donde se celebra el Mikser Festival; festival.mikser.rs). Y como este otoño va a iniciarse una reforma del frente marítimo al estilo de Dubái, más vale disfrutar del actual espíritu de la ciudad antes de que desaparezca.

6. Piamonte, Italia

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 El ondulante paisaje de Piedmont está salpicado de viñas y pueblos en lo alto de las colinas © Rostislav Glinsky / Shutterstock

Ahora mismo Milán se lleva todos los titulares con la celebración de la Expo 2015, pero al oeste está Turín, en la región del Piamonte, que también tiene mucho que ofrecer. La ciudad recientemente puso en exposición permanente la Sábana Santa y es Capital Europea del Deporte. Entre los eventos programados hay desde partidos de rugby –Italia juega contra Escocia el 22 de agosto– a golf callejero o voleibol de playa.

Para quien tenga más interés en las momias que en los maratones, el famoso Museo Egipcio está mejor que nunca tras cinco años de reformas. Y para cambiar de aires se puede hacer una excursión por los viñedos del sur del Piamonte. En automóvil es fácil explorar los paisajes de Le Langhe, Roero y Monferrato, declarados Patrimonio Mundial por la Unesco, y atravesar poblaciones vinícolas como Barolo, Barbaresco o La Morra.

7. Bakú, Azerbaiyán

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 La línea del horizonte de Baku cuenta con llamativas muestras de arquitectura moderna © Wilfred Y Wong / Photographer's Choice RF / Getty Images

Pese a estar junto al mar Caspio, entre Rusia e Irán, la capital de Azerbaiyán, Bakú, se considera parte de Europa y es uno de los espacios urbanos del continente que más rápido está cambiando.

El hormigón de la era soviética está siendo sustituido a gran velocidad por unos brillos a medio camino entre Dubái y París. Entre los nuevos iconos arquitectónicos están el Centro Cultural Heydar Aliyev, de Zaha Hadid (heydaraliyevcenter.az), cuyas fluidas líneas blancas hacen que resulte fotogénico desde cualquier ángulo. Por su parte, sobre los bastiones de piedra del medieval casco antiguo de Bakú, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, se levantan las tres Flame Towers, de color azul, que cada anochecer parecen arder gracias a un creativo espectáculo de luces.

Hasta hace poco las dificultades para obtener un visado y los altos precios desalentaban a los turistas. No obstante, en febrero de este año la moneda se devaluó un 35%, lo que ha bajado los precios. Y con la celebración de los Juegos Europeos en el 2015 (baku2015.com) y la llegada del Gran Premio de Bakú en el 2016, es de esperar que las restricciones en los visados sean menores.

8. Ámsterdam, Países Bajos

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 Echar un vistazo desde la terraza de la azotea del museo de la ciencia NEMO, en Amsterdam © Anik Messier / iStock / Getty Images

Con sus fotogénicos canales, sus museos llenos de obras de arte, sus carriles-bici por todas partes, sus mercados llenos de flores, una vida nocturna que no requiere presentación y una cosmopolita oferta gastronómica (que incluye un nuevo centro de restauración en las antiguas cocheras de tranvías que ahora acogen el complejo De Hallen de cultura y diseño; dehallen-amsterdam.nl), Ámsterdam merece una visita en cualquier momento.

Pero del 19 al 23 de agosto del 2015 la ciudad acoge el Sail Amsterdam (sail.nl), espectacular evento –el mayor del país– celebrado cada cinco años que atrae a cientos de miles de visitantes (así que más vale empezar a planificar el viaje). Entre lo más destacado están los grandes veleros que surcarán las aguas de la ciudad, las actuaciones y conciertos de temática náutica y la oportunidad de visitar a embarcaciones antiguas y nuevas.

Los entusiastas de la navegación también pueden visitar atracciones como el Het Scheepvaartmuseum (Museo Marítimo), frente al Museo de la Ciencia NEMO, en forma de barco y con vistas panorámicas de la ciudad desde su terraza, que imita la cubierta de una embarcación.

9. Tromsø, Noruega

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 La estructura flotante con forma de copo de nieve del hotel Krystall es otra buena razón para visitar Tromsø © V. Belov / Shutterstock 

El hotel Krystall, que está previsto que abra sus puertas en Navidad de 2016, se sitúa entre dos fiordos. El hotel, proyecto del arquitecto Koen Olthuis en cooperación con Dutch Docklands, empresa especializada en estructuras flotantes, combina la arquitectura nórdica con el entorno natural, lo que seguro resultará de lo más seductor. Tromsø está viviendo unos años triunfales y el Krystall será la guinda del pastel.

¿Qué más? Esta capital ártica ofrece numerosas aventuras, con montañas nevadas y unos alrededores en los que –si el tiempo lo permite– se pueden hacer excursiones, avistar ballenas, esquiar, nadar en kayak, montar en moto de nieve o en trineo de perros. Y ya sea invierno o verano, la ciudad ofrece numerosos eventos, desde una maratón bajo el sol de medianoche en junio a los campeonatos de carreras de renos durante la Semana Sami en febrero.

10. Oporto, Portugal

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 Oporto vive un creativo renacimiento, y además es una ganga © rusm / Getty Images

Lisboa queda atrás: ahora todo el mundo habla de la luminosa, carismática y festiva ciudad del norte del país. Oporto, galardonada repetidamente como uno de los mejores (y más económicos) destinos de Europa, tiene el brío de una urbe que ha hallado su vena más creativa.

La oferta no se limita a las catas de su famoso tawny en venerables bodegas como las de Taylor’s (taylor.pt/en/visit-taylors/port-cellars) o a pasear por la Ribeira, centro histórico declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, donde las casas de colores pastel se asoman al Duero. El arte callejero ha dado un toque moderno a las callejuelas medievales de Oporto, y artistas como Hazul Luzah han dado color a lugares como la Rua Miguel Bombarda, con cafés, boutiques y galerías a la última.

Los gourmets también están de enhorabuena. Chefs famosos como Rui Paula o José Avillez han puesto en el mapa las cocinas de Oporto, y el mercado do Bolhão, del s. XIX, está siendo cuidadosamente restaurado. Una buena opción para probarlo todo es apuntarse a un circuito de media jornada de Taste Porto Food Tours (tasteportofoodtours.com).