Lo mejor de Asia: Hokkaidō, Japón

© Seigo Yamamura/Aflo/Getty Images
Las empinadas laderas volcánicas del monte Rishiri se alzan sobre un campo de flores silvestres próximo a la costa de Hokkaidō, Japón

Los placeres que esconde Hokkaidō bajo la nieve

Para la mayoría de viajeros, Hokkaidō es sinónimo de nieve y esquí, pero la isla más septentrional de Japón es también un gran destino en los meses más cálidos: invita a estirar las piernas con excursiones épicas, a pasear la vista por horizontes lejanos, a disfrutar del mejor marisco o a huir de la bochornosa humedad de las ciudades más al sur.

En las últimas dos décadas, resorts como Niseko se han hecho un lugar en las listas de los mejores destinos asiáticos de esquí y snowboard gracias a su excelente nieve, pero el resto de la isla queda subestimado. Hay mucho por disfrutar cuando la nieve desaparece, y ahora, con el nuevo Hokkaidō shinkansen (tren bala) que conecta Tokio con el puerto sureño de Hakodate, llegar a la isla es más fácil que nunca.

Estos son algunos de los motivos por los que Hokkaidō no puede faltar en la lista de destinos posibles en cualquier época del año:

Marisco fresco

Hakodate © Ari Helminen - www.flickr.com/photos/picsoflife/8220555584

Comer bien en Hokkaidō es fácil gracias al fabuloso marisco de la isla. Las especialidades de verano son las ricas y cremosas uni (huevas de erizo de mar) de la costa oeste y el reluciente calamar que se pesca en el frío estrecho de Tsugaru; en otoño la gran estrella es el maguro (atún) y las ikura (huevas de salmón), que parecen gemas. Existen suficientes variedades de cangrejos para abastecer los puestos de comida todo el año; y además, en Hokkaidō se puede comer marisco en una ryokan (posada tradicional japonesa) de lujo o en los mercados de pescado de la isla.

Excursiones épicas

Parque Nacional Daisetsuzan © Indrik myneur - www.flickr.com/photos/myneur/10786855326

Hokkaidō posee más territorio de parques nacionales que cualquier otra parte de Japón, y más del 10 % de la isla son espacios protegidos. El Parque Nacional Daisetsuzan, el más grande de Japón, es el destino natural para los viajeros que desean evadirse de todo: es una zona virgen con sitios que apenas nadie visita, salvo las almas aventureras que se embarcan en travesías de varios días y los ciervos de Ezo, los osos pardos, las ardillas rojas y los zorros del norte que la habitan.

'Onsens' calientes

Noboribetsu © Nao Iizuka - www.flickr.com/photos/iizukanao/19555053351

Tantas montañas afiladas y tantos lagos en cráteres son señal evidente de que en esta isla hay mucha actividad volcánica, y en consecuencia, muchos onsens (baños termales naturales) humeantes. Los hay muy famosos, como las piscinas sulfurosas de Noboribetsu (que se huelen a kilómetros de distancia); pero también los hay más pequeños y remotos, a los que se accede por senderos de montaña (y nada mejor después de un día de excursión que relajarse en un onsen). Y si Hokkaidō no es lo suficiente cálido para disfrutar de la playa, siempre se puede ir a un onsen costero.

Vida urbana

Sapporo Beer Garden © MIKI Yoshihito - www.flickr.com/photos/mujitra/937951217

Hokkaidō es, sobre todo, rural, pero también tiene su dosis de vida urbana: Sapporo es la quinta ciudad más grande de Japón; una metrópolis joven que atrae a emprendedores y soñadores con su ritmo apacible, la ausencia de jerarquías arraigadas y una animada vida nocturna, justo lo que uno espera de la cuna de la cerveza Sapporo. Es posible visitar la fábrica original, hoy el Sapporo Beer Garden & Museum, o la actual y moderna Hokkaidō Brewery. Sapporo también organiza una feria de la cerveza en verano, que dura un mes y es muy divertida.

Puertos históricos

Motomach © Guilhem Vellut - www.flickr.com/photos/o_0/9612844624

La creación de la nueva estación de shinkansen en Hakodate no es el primer gran punto de entrada de la ciudad, que fue uno de los primeros dos puertos que se abrieron al comercio internacional en el s. XIX, convirtiéndola en un lugar muy cosmopolita. Aquel legado se conserva hoy día en el antiguo barrio de Motomachi, donde mansiones e iglesias de varios estilos europeos conviven con edificios japoneses tradicionales (y contemporáneos). También hay un precioso tranvía retro que cruza el centro de la ciudad.

La cultura ainu

Ceremonia ainu © Simon Fraser University - www.flickr.com/photos/sfupamr/10841115943

Los ainu fueron los pobladores originales del extremo norte de Japón (en realidad, Hokkaidō es parte oficial de Japón desde 1898). Se conservan pocas comunidades, pero algunas de ellas se esfuerzan por preservar y compartir su patrimonio. El Akan National Park alberga uno de los mayores poblados ainu, donde se pueden degustar platos elaborados con carne de venado y pukusa (una especie de ajo silvestre), y ver funciones de teatro y danza tradicionales.

El paraíso de los ciclistas

Muroran © Christophe Richard Seguir - www.flickr.com/photos/crichard/751407226

Los días frescos y un tráfico poco denso convierten Hokkaidō en un imán para los ciclistas. La bicicleta es el mejor transporte para descubrir el sinfín de espectaculares lagos volcánicos de la isla, o para visitar su indómito lado este. Hokkaidō pone las cosas fáciles a los ciclistas: hay muchos campings y está permitido transportar bicicletas en los trenes. También hay una red de casas para ciclistas y motoristas; son alojamientos económicos donde es muy fácil socializar.

Campos fértiles

Furano © 305 Seahill - www.flickr.com/photos/bluehillranch/9414582046

Si el viajero no ha podido ver los cerezos en flor del sur, podrá contemplarlos en esta zona un mes más tarde, a finales de abril; pero en Hokkaidō abundan las flores: en junio florece la lavanda, seguida de los campos de amapolas, los lupinos y los girasoles en pleno verano. Las mejores vistas las ofrece la red de carreteras rurales conocida como ‘la carretera Patchwork’, que pasa por Biei y Furano en el centro de Hokkaido, con puestos de granjeros que venden quesos y helados de elaboración local.

Islas remotas

Rishiri-tō © shirokazan - www.flickr.com/photos/shirokazan/3000827528

Hokkaidō parece remoto si se viaja desde Tokio, pero hay sitios todavía más lejanos al oeste de su punta más septentrional: Rishiri-tō y Rebun-tō, dos islas donde las aguas japonesas dan paso a las rusas, que solo son accesibles en barco (y habitables tan solo en los meses más cálidos). También hay un parque nacional, con magníficas excursiones y termas naturales para disfrutar, junto con vistas a los indómitos mares del norte.

Las misteriosas 'marimo'

'Marimo', Otaru-shi © bryan... - www.flickr.com/photos/bryansjs/16534654868

Hokkaidō también tiene sus ‘cucadas japonesas’, pero naturales: las marimo son unas algas verdes aterciopeladas que crecen en forma de bola muy lentamente (medio centímetro al año) en unos pocos lagos del mundo. Declaradas especie protegida y tesoro nacional, no desentonarían en una película del Studio Ghibli.

 

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