Con unos vecinos tan famosos como la República Checa y Austria, es fácil pasar desapercibido. Eslovaquia, que tiene fronteras con cinco países y conexiones ferroviarias con toda Europa, se ha considerado mucho tiempo una escala rápida, si es que llegaba algún viajero. Pero con monumentos históricos renovados, un impulso al ecoturismo y el renacimiento de su zona oriental, Eslovaquia está lista para ser un destino estelar. Este país sin salida al mar, con montañas elevadas y ciudades repletas de arte, goza de una distintiva mezcla arquitectónica y de una belleza natural bien protegida.
Imprescindible
- Admirar la arquitectura brutalista del edificio de la Radio Nacional Eslovaca de Bratislava o el Museo del Levantamiento Nacional Eslovaco de Banská Bystrica.
- Hacer una excursión con raquetas de nieve por el Alto Tatra o trepar por escaleras sobre cascadas en el Parque Nacional de Slovenský Raj.
- Ver maravillas subterráneas, como la estalagmita más grande de Europa en la cueva de Krásnohorská y el deslumbrante interior helado de la cueva de hielo de Dobšinská.
- Disfrutar de las vistas panorámicas del restaurante giratorio Veža, en la torre de televisión de Kamzík o cenar en el icónico edificio UFO, ambos en Bratislava.
Vista aérea de la ciudad de Banská Štiavnica durante el amanecer. Hike The World/Shutterstock ©
La gran renovación de bratislava
Eslovaquia tiene todos los encantos propios de Europa Central: torres de iglesias góticas, castillos cimeros y galerías pintorescas. De cara al año 2025, estos tesoros culturales lucen un mejor aspecto que nunca, sobre todo en la capital, Bratislava, donde han desaparecido los andamios tras la restauración de varios edificios emblemáticos. La rehabilitación de la Galería Nacional de Eslovaquia ha sido galardonada, ha renovado su patio y galerías interiores, y el puente Dedeček (una controvertida reliquia de la década de 1970) es ahora un elegante espacio contemporáneo lleno de luz. En el casco antiguo, se ha restaurado la puerta de Miguel, la única de las cuatro puertas medievales de Bratislava que se conserva.
En la antaño destartalada Námestie Slobody (plaza de la Libertad) se ha reparado la pieza central, la fuente Družba, una escultura en forma de flor que ha estado fuera de servicio 16 años. La fuente ha transformado la plaza en un popular lugar de encuentro. También hay novedades arquitectónicas, como la próxima ampliación del proyecto residencial Sky Park de Zaha Hadid y la torre de observación Devínska Kobyla, situada 11 km al noroeste de Bratislava. Este mirador, que se eleva 20 m y cuya forma se inspira en una mantis religiosa, permite contemplar los campos y bosques de Eslovaquia, además de las vecinas Austria y la República Checa.
Castillo de Bratislava. PeterVrabel/Shutterstock ©
Ecoturismo en eslovaquia
Eslovaquia ha ido ganando posiciones en la clasificación de ecoturismo y en el Índice de Viajes Sostenibles 2023 de Euromonitor obtuvo el sexto lugar. Los nueve parques nacionales del país deslumbran con sus lagos, hayedos y prados de flores silvestres que cubren las laderas de los Cárpatos. La naturaleza dormita seis meses durante los cierres invernales de las rutas de senderismo en los Tatra, la cordillera que separa Eslovaquia de Polonia. Durante la temporada de senderismo, se puede viajar en el ferrocarril eléctrico Tatra, que va de la lacustre ciudad balneario de Štrbské Pleso a la localidad de montaña de Tatranská Lomnica.
En Bratislava, la Reserva Natural del Vydrica alberga bosques cubiertos de musgo y arroyos. En la región norte de Pieniny existe el proyecto de crear una ruta turística ecológica que pasará por 12 manantiales de aguas minerales. Y en la región vinícola del sureste de Eslovaquia, el alojamiento en las copas de los árboles en Malá Bara ofrece una combinación única: beber vino dulce Tokaj en un entorno boscoso.
Lago Štrbské con vistas al Parque Nacional Tatra. zedspider/Shutterstock ©
Renacimiento cultural del este de Eslovaquia
Además de la región vinícola, en el este de Eslovaquia abundan las atracciones singulares. Sus 18 lugares protegidos por la Unesco, desde el colosal castillo de Spiš hasta las minúsculas iglesias de madera del s. XVIII, quedan a 2 h en coche de Košice, la segunda ciudad más oriental del país. Además, gracias al proyecto OMG (Open Mural Gallery), ahora 30 obras de arte callejero embellecen la ciudad. Košice cuenta con el Tabačka Kulturfabrik, un centro con bares, salas de conciertos, galerías y espacios de coworking.
En el cercano parque de la ciudad, se ha rescatado un edificio art nouveau de 1909 y se ha transformado en el complejo de cinco estrellas Villa Sandy. Y 110 km al noreste de Košice, en Medzilaborce, el Museo de Arte Moderno Andy Warhol se ha renovado por completo. Situada cerca del pueblo natal de los padres de Warhol, la galería tiene prevista su reapertura a finales del 2024, otra de las muchas sorpresas que aguardan en Eslovaquia.