El Havre, TOP 10 del 'ranking' de destinos Best in Europe 2017

Escrito por
Regis St. Louis, autor de Lonely Planet

31 Agosto 2017
4 min de lectura
© Henryk Sadura / Shutterstock
El Havre, Francia

Primer viaje a El Havre, Francia: una lección de arquitectura vanguardista 

El puerto normando de El Havre, donde el río Sena desemboca en el canal de la Mancha, fue antaño una ciudad de grandes bulevares y catedrales majestuosas, pero desgraciadamente la mayor parte de su arquitectura original la arrasaron las bombas de la II Guerra Mundial.

Reconstruida poco a poco según el llamativo estilo del modernismo, la ciudad con 500 años de historia renació de sus cenizas para convertirse en uno de los diseños urbanos más extraordinarios de la Francia del s. XX. La arquitectura vanguardista de la hoy irreconocible ciudad portuaria recibió críticas dispares, pero, como un buen vino de Burdeos, las excepcionales cualidades de El Havre tardaron unos años en madurar en forma de potentes diseños que abrazaban una nueva visión del urbanismo.

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El Havre, Francia © Henryk Sadura / Shutterstock
 El Havre, Francia © Henryk Sadura / Shutterstock

La Unesco, que declaró a El Havre Patrimonio Mundial en el 2005, ayudó a abrir camino, y desde entonces la ciudad ha recuperado su lugar bajo los focos, atrayendo a fans de la arquitectura de todo el planeta. A pesar de haber perdido el ambiente medieval presente en otras partes de Normandía, no hay en Francia otra ciudad como El Havre. A continuación, un puñado de sugerencias para sacarle el máximo partido:

Pasear por los mejores puntos de interés arquitectónicos

Una de las mejores maneras de asimilar la arquitectura de El Havre es paseando por el centro de la ciudad. La mejor luz es la de primera hora de la mañana o la del atardecer, que tinta los edificios de color rosado. No es solo un truco de la imaginación, en las nuevas obras los lugareños solían usar ladrillo rojo pulverizado de los edificios destruidos, estableciendo así un vínculo con el pasado.

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El Havre, Francia © Laurent Lachèvre / www.lehavre.fr
 El Havre, Francia © Laurent Lachèvre / www.lehavre.fr

En un día de exploración se pueden ver grandes plazas, edificios de simetría artística y diseños ingeniosos que van más allá de la piedra y el cemento. Incluso la fortaleza cimera abandonada, a 1 km a pie del centro, se ha convertido en un apacible oasis de jardines en flor y follaje llamado Jardins Suspendus. 

El corazón de la ciudad

Con cinco hectáreas la Place de l’Hotel de Ville es el majestuoso núcleo del centro, y una de las plazas más grandes de Europa. Es la mejor introducción a Le Havre, y fue diseñada por Auguste Perret, el genio tras la mayor parte de los proyectos de posguerra de la ciudad.

Jardines, fuentes y esculturas ocupan el centro de este espacio lleno de luz, rodeado por impresionantes edificios modernos con un notable sentido de la armonía. La pieza central es el edificio del ayuntamiento, una impasible torre de 72 m de altura visible desde el mar y uno de los iconos de la ciudad actual. 

Le Volcan, una erupción cultural

Conocido anteriormente como el Niemeyer Cultural Centre, este edificio de aspecto escultórico fue una de las novedades más extraordinarias de la ciudad cuando se inauguró en 1982. Situado en una pequeña plaza cerca de Rue de Paris, su voluminosa base y sus curvas apuntando al cielo enseguida le granjearon el apodo de Le Volcan (el volcán).

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Le Volcan, El Havre, Francia © www.levolcan.com
 Le Volcan, El Havre, Francia © www.levolcan.com

Oscar Niemeyer, el visionario arquitecto que levantó Brasilia y uno de los abuelos del modernismo, creó esta inusual obra, uno de los pocos proyectos que construyó fuera de Brasil. En un lateral del edificio se ve una mano enorme con una fuente que fluye por debajo. Está realizada con un molde de la mano de Niemeyer, y es un buen recordatorio de la implicación personal del arquitecto en su obra.

Hoy Le Volcan (el nombre es oficial desde 1990) alberga un teatro y una biblioteca. La luminosa fachada blanca, de cautivadoras líneas, luce mejor que nunca tras la reforma terminada en el 2015. 

Un retrato de la vida de los años cincuenta

Una visita al Appartement Témoin Perret es como un viaje en el tiempo. Este apartamento totalmente amueblado permite imaginar cómo era la vida familiar durante los años prósperos tras la guerra. Todas las piezas son de los años cincuenta, desde la cocina de gas hasta el tocadiscos del salón.

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Appartement Témoin Perret, El Havre, Francia © Philippe Breard / www.unesco.lehavre.fr
 Appartement Témoin Perret, El Havre, Francia © Philippe Breard / www.unesco.lehavre.fr

La mesa está puesta y hay ropa en los armarios, solo faltan los miembros de la familia; aunque los guías hacen un buen trabajo dando vida a los personajes ausentes. En resumen, es un retrato íntimo de El Havre y un buen contrapunto a la arquitectura más abstracta que se ve por las ventanas. 

El faro espiritual de El Havre

Si hay un edificio que nadie debería perderse en El Havre, este es la Église de St-Joseph. Su monumental fachada, con una torre de 107 m de altura, es visible desde todos los puntos de la ciudad y luce como un faro en la oscuridad de la noche. Su interior rompe con todas las convenciones por la escasez de imágenes de santos y de iconografía católica, y por un altar, situado en el centro del edificio, sobre el cual se alza la torre hacia el cielo.

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Église de St-Joseph, El Havre, Francia © Frank Smout Images / Getty Images
 Église de St-Joseph, El Havre, Francia © Frank Smout Images / Getty Images

El diseño podría haberse considerado desalentador de no ser por los maravillosos vitrales de la torre. Son obra de Marguerite Huré, quien utilizó unas 13 000 piezas de cristal tintado, creadas con la técnica del soplado, como en la Edad Media. El ingenioso uso del color crea diferentes ambientes según el momento del día y la posición del sol.

Es un lugar en el que apetece pasar el rato, y la verdad es que los rojos, dorados y morados de los muros sin adornar tienen un componente muy meditativo. Esta iglesia fue la obra magna de Auguste Perret, y se construyó en memoria de los miles de civiles que murieron en los bombardeos de El Havre.

 

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