Desayunos típicos de Colombia para comer como los lugareños
Los desayunos típicos de Colombia varían de una región a otra. Desde sopas calientes con carne hasta pan de maíz relleno de queso, el viajero puede recorrer el país bocado a bocado por las calles de Bogotá. Estos son cinco desayunos típicos colombianos, todos ellos elaborados con ingredientes locales.
1. Arepas: el tentempié favorito de Colombia
Colombia, Bogotá, arepas con chorizo © William Neuheisel - www.flickr.com/photos/wneuheisel/5638759779
Son uno de los alimentos nacionales y, posiblemente, el primer término gastronómico colombiano que aprenderá el viajero. Una arepa es un pan de maíz, amarillo o blanco, de forma circular, tan diverso como el propio país: frito y crujiente, dulce, blando y cremoso… A la hora del café, a los paisas les gustan las arepas finas, planas y crujientes, untadas de mantequilla, con un poco de queso. En la zona central andina las arepas pueden ser dulces, como la arepa de choclo, o ir rellenas o cubiertas de queso, huevos, jamón, chicharrón, ternera o pollo. A lo largo de la costa caribeña las arepas son esponjosas, parecen hamburguesas, suelen llevar queso salado o servirse pecaminosamente fritas y rellenas de huevo, como la arepa de huevo.
La lista de arepas es interminable, y las venden en cualquier rincón de Bogotá. Para saborear la auténtica cocina caribeña se puede ir a Narcobollo o a Gaira Café, que es propiedad del famoso cantante colombiano Carlos Vives; y para comer arepas con jamón y queso recién hechas, a Puerto Arepa de la Primera.
2. Changua: sopa de leche nutritiva y reconfortante
Colombia, Bogotá, changua © manuela y daniel - www.flickr.com/photos/manuelaydaniel/5092583638
Las tribus indígenas que vivieron en los Andes centrales han desaparecido, pero el país conserva algunas de sus tradiciones culinarias. La changua es un reconfortante caldo con leche, huevos pochados y cebolla, llevadero para el estómago y apto para vegetarianos. Las recetas varían entre sí, pero la mayoría cuentan con una generosa dosis de cilantro y picatostes de pan crujiente –a veces duro– que se añaden al caldo, a veces rallados. Generalmente la sopa se toma con un par de almojábanas, buñuelos de queso recién horneados muy típicos de las regiones de Boyacá y Cundinamarca. Elaborados con harina de maíz, huevo y cuajada, son crujientes y combinan muy bien con la changua.
Para probar ambas cosas se puede ir a La Puerta Falsa, el café más antiguo de la ciudad; con una merecida fama de auténtico y popular. Otro buen sitio del centro es la antigua Pasteleria La Florida, con 80 años de historia.
3. Agua de panela y queso fresco: un clásico colombiano
Colombia, Bogotá, agua de panela con queso © Agne Alminaite / Shutterstock
Un desayuno ligero típico colombiano es una taza de agua de panela caliente y un buen trozo de queso fresco local. El agua de panela (o aguapanela) es una bebida dulce elaborada con jugo de caña de azúcar sin refinar que se toma en todo el país. La temperatura de la bebida depende de la altitud: en las montañas se toma muy caliente, para pasar el frío, y en la costa, helada, para refrescar. En Bogotá, el ritual es mojar el queso en la bebida (o en chocolate caliente), que se derrite enseguida y se endulza, y comérselo con una cuchara. Si apetece un desayuno más contundente, el agua de panela se puede combinar con unos huevos pericos (huevos revueltos con tomate y cebolla) y, según la región, con un bollo, una arepa o una almojábana. Los bollos, también llamados envueltos de maíz, son paquetitos de maíz mezclado con queso, envueltos en hojas y hervidos. Los desayunaderos más tradicinales, como el pequeño Hibiscus Cafe, sirven auténtica aguapanela.
4. Caldo de costilla: una sopa que revive a un muerto
Colombia, Bogotá, caldo de costilla © ilf_ - www.flickr.com/photos/ilf_/22015673700
Si uno se acuesta tarde y se despierta con una terrible resaca, que se olvide de los analgésicos y se tome un tazón de reconfortante caldo de costilla, un plato típico de la región andina que se sirve en todo el país. Se trata de un caldo cocido a fuego lento con costillas de ternera, zanahorias, patatas, ajo y cilantro, también llamado ‘levantamuertos’ por sus propiedades para ‘curar’ guayabos (resacas) y dolencias. A los colombianos parece que les funciona, y la sopa se sirve en la mayoría de los restaurantes, sobre todo en las zonas de marcha nocturna de Bogotá. Se disfruta mejor con un par de arepas calientes.
Los adeptos de este caldo frecuentan el famoso restaurante 24 h Cañón del Chicamocha a la espera de que el brebaje obre su magia.
5. Tamales: carne, maíz y hoja de plátano
Colombia, Bogotá, tamales © young shanahan - www.flickr.com/photos/youngshanahan/26694175085
De origen precolombino, los tamales son un plato mesoamericano muy querido y, como las arepas, cuentan con un montón de variantes regionales. Envueltos en una hoja de plátano macho, están rellenos de sabrosa carne –pueden contener hasta tres tipos distintos– empanada por una suave masa de harina de maíz y adobo vegetal. Son típicos y muy contundentes, y los más famosos provienen de la región de Tolima, donde son tan apreciados que incluso tienen un día dedicado a ellos: el 24 de junio. Suelen acompañarse con un tazón bien caliente de aguapanela o chocolate.
Los mejores tamales tolimenses de la ciudad son los de La Puerta Falsa, y en Desayunadero de la 42 sirven un auténtico tamal santandereano.
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