La niña bonita del Mediterráneo
Además de ser una de las islas más deseadas del mundo, uno de los secretos mejor guardados de las Baleares.
A pesar de su reducido tamaño (poco más de 80 kilómetros de superficie) y de su limitada comunicación, Formentera ha sabido ganarse a pulso la fama de la que goza: la de ser uno de los mejores destinos del mundo, y estos, sus cinco lugares (aunque podrían ser muchos más), donde ser feliz en Formentera.
Playa de Ses Illetes: Medio kilómetro de paraíso para una de las mejores playas del mundo: Illetes. Posiblemente, la playa más visitada de la isla. Aguas tranquilas, cristalinas y una estampa de cuento con los barcos amarrados al fondo, Ses Illetes forma parte del Parque Natural de Ses Salines d’Eivissa i Formentera, de ahí que la entrada al paraíso cueste unos 4 € aproximadamente. Aquí, además de las aguas más turquesas de la isla también se encuentran los chiringuitos más de moda, y en consecuencia, también de los más caros de la isla. Juan y Andrea o el Molí de Sal son algunos de los restaurantes más famosos de esta deseada parte de Formentera.
Cap de Barbaria: Desde que Julio Medem dirigió a Paz Vega por los maravillosos paisajes de la isla, a nadie se le olvida aquel fotograma en el que un maravilloso faro quedaba a espaldas de la actriz mientras ella avanzaba conduciendo una moto, cómo no. Ese misterioso faro no era otro que el Faro de Barbaria, uno de los iconos de Formentera y el punto situado más al sur de las Baleares. Pero no solo el faro es impresionante, las vistas y el vertiginoso acantilado sobre el que se ubica forman uno de los parajes más espectaculares de la isla.
Comer con los pies en la arena: En Formentera todo es fluido, relajado, mediterráneo… y también bastante caro. Encontrar un lugar donde comer rico y no morir en el intento puede no ser una tarea fácil, pero aún existen lugares donde hacerlo y hacerlo muy bien. Sa Sequi, frente a las salinas de Formentera, es uno de los secretos mejor guardados por los lugareños, que cada noche acuden a este privilegiado restaurante junto al mar a disfrutar de pescado fresco o arroces en su punto. Can Rafalet, en Es Caló, también es un buen lugar donde comer bien a un precio razonable (las paellas son deliciosas) y, aunque en tierra firme y sin pisar arena, conviene reservar una de las coquetas mesas de Ca Na Pepa, en Sant Francesc, para un desayuno rico y saludable o una cena más casual. Su tartar es memorable.
Puestas de sol: Si has estado en Formentera, sabrás que las puestas de sol son mucho más que un día que se termina, son un acto social que nadie debe perderse. Existen muchos puntos donde despedir el sol hasta el día siguiente, pero uno de los mejores es el mítico Pirata Bus. Este pequeño chiringuito en Formentera es uno de los mejores y más animados lugares donde reunirse para ver la puesta de sol, ubicado en la playa de Mitjorn. Y además, sirven unos mojitos deliciosos, la (casi) oficial bebida de la isla. No te extrañes si al ponerse el sol todo el mundo aplaude, al segundo día tú también lo harás.
La Mola: Mercado de artesanos, mercado hippy, fiesta flower power… La Mola, la segunda población de la isla tras Sant Francesc –la capital–, es un pequeño rincón que merece la pena visitar, aunque solo sea por su animada oferta de compras y fiestas. Su mercadillo más importante, el de los artesanos, se celebra cada miércoles y cada domingo por la tarde-noche, y junto a sus puestos hay actuaciones musicales en vivo, representaciones teatrales o diferentes food trucks con oferta gastronómica. También en La Mola se encuentra una de las tiendas más bonitas de la isla, la del joyero artesano Majoral, que lleva años plasmando la esencia más mediterránea de la isla en sus creaciones. Un must.
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