Planes para dsifrutar de la capital de Escocia
Edimburgo es una ciudad mágica. Vigilada por su imponente castillo, esconde un extenso casco antiguo que fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1995, junto con el conocido distrito georgiano de New Town. El encanto de la ciudad recae sin duda, en la acertada combinación de la elegancia de la antigüedad con un ambiente moderno pero típicamente escocés.
Conocida como "La Atenas del Norte", la ciudad se ha convertido en una auténtica fiesta para la mente y los sentidos pues ofrece una amplia oferta de restaurantes, tiendas, museos y un programa de festivales musicales y actividades culturales casi ininterrumpido, durante todo el año y adecuadas para todas las edades y bolsillos. Vistas panorámicas, recorridos literarios o cinematográficos y museos emblemáticos son algunas de las infinitas posibilidades que ofrece Edimburgo para conocer de manera gratuita:
1. Visitar los museos y galerías
Buenas noticias, y es que la mayoría de los museos de Escocia, ofrecen acceso gratuito a sus exposiciones permanentes. En la capital se pueden visitar un buen número de ellos, entre los que destacan:
- La Galería Nacional de Escocia que posee una de las mejores colecciones de pintura europea, con obras de Van Dyck, Rubens, Tiziano, Velázquez, Rafael y Rembrandt entre muchos otros. Las galerías Dean Gallery y la Galería Nacional de Arte Moderno estánconectadas con la Galería Nacional por un autobús gratuito, albergan las colecciones de arte moderno de la ciudad.
- El Museo Nacional de Escocia está dedicado a la historia del país, desde tiempos prehistóricos hasta la actualidad, contada para toda la familia a través de interesantes exposiciones sobre los animales, la geología o la cultura de Escocia. Además, cuenta con una terraza panorámica desde la que se puede contemplar el laberíntico casco antiguo.
- El Museo del Montículo (Museum on the Mound) es un museo dedicado a la historia del Banco de Escocia desde sus orígenes hasta la actualidad y se ubica en la sede central deel mismo, tal vez el edificio más característico de la ciudad después del castillo y donde se pueden encontrar algunas curiosidades como una vitrina con un millón de libras en efectivo o el primer billete escocés emitido.
2. Disfrutar de las mejores vistas en plena naturaleza
Vista desde Carlton Hill © Giussepe Milo - www.flickr.com/photos/giuseppemilo/16947297009
Edimburgo es verde, está rodeado de colinas y zonas naturales que se pueden recorrer sin necesidad de salir de la ciudad. El Asiento de Arturo es una gran colina volcánica situada a 251 metros de altitud que recuerda a las hermosas Highlands y a la que se puede acceder a través de diferentes rutas de senderismo de una hora aproximada de duración y desde donde se pueden observar las mejores vistas sobre Edimburgo, el mar y las montañas circundantes.
Calton Hill es otra de las colinas de la ciudad que regalan sobrecogedoras vistas y donde además de poder hacer fotografías, se sitúan varios puntos de interés: el Monumento Nacional inspirado en el Partenón de Atenas, el Monumento a Nelson, el Observatorio…
3. Conocer el Parlamento Escocés
Además de admirar la original fachada del edificio que alberga al poder legislativo unicameral de Escocia, que imita a los barcos de pesca tradicionales, es posible descubrir su magnífico interior en los días en los que los parlamentarios no se reúnen, e incluso hacer un tour gratuito y visitar sus interesantes exposiciones donde se dan a conocer las tareas del nuevo parlamento o asistir como público a una sesión parlamentaria en la Sala de debate.
4. Pasear por el Casco Antiguo
El Casco Histórico de Edimburgo, más conocido como Old Town, todavía conserva su antiguo trazado medieval, con calles empedradas y edificios conservados prácticamente en perfecto estado que se pueden ir contemplando en el trayecto de casi dos kilómetros por la Royal Mile, la principal arteria de la ciudad, que une el Castillo de Edimburgo con el Palacio de Holyroodhouse. Además de un paseo por la historia, la Royal Mile ofrece todo tipo de entretenimientos pintorescos: artistas callejeros, sonidos de gaita, tiendas, restaurantes… Por algo Daniel Defoe la describió como “la calle más bonita que había visto”.
Si se tienen ganas de visitar alguno de los edificios más emblemáticos, podemos entrar en la impresionante Catedral de St. Giles, lugar de nacimiento de la iglesia presbiteriana escocesa y donde merece la pena pararse a admirar el órgano, las vidrieras y la Capilla del Cardo (Thistle Chapel) o el Museo de los Escritores, situado en la preciosa mansión de Lady Stair, muy cerca de la Royal Mile, y donde es posible descubrir la vida de los tres escritores más notables de la historia de Escocia: Robert Louis Stevenson, Rober Burns y Sir Walter Scott.
5. Relajarse en el Jardín Botánico
Jardín Botánico de Edimburgo © Neil - www.flickr.com/photos/handslive/15255800020
El Real Jardín Botánico de Edimburgo está integrado por preciosos jardines de más de 28 hectáreas creados en el siglo XVII. Está abierto todo el año y entre sus senderos se pueden encontrar paisajes y ecosistemas de todo el mundo recreados por miles y miles de especies de plantas. Es un verdadero oasis en medio de la ciudad, en el que descansar tras una agotadora jornada de turismo entre las cascadas, colinas y estanques que lo conforman.
6. Perseguir leyendas en el Cementerio de Greyfriars
Aunque para muchas personas el principal reclamo de este lugar tan inusual es la estatua de Bobby, un perro que se hizo famoso por ser tan fiel que vigiló durante 14 años la tumba de su amo tras la muerte de éste y que ahora está enterrado en el cementerio, lo cierto es que este lugar es conocido por sus episodios de actividades paranormales a partir de los años 90, supuestamente relacionadas con el espíritu del abogado George Mackenzie conocido como "Bloody" (el sangriento), enterrado allí en 1691.
7. Descubrir el Edimburgo más literario
The Elephant House © City and Colour - www.flickr.com/photos/technicolourcity/14204645663
Edimburgo fue la primera Ciudad Literaria de la Historia, título concedido por la Unesco en el año 2004 debido a la cantidad de escritores de todos los tiempos vinculados a la capital escocesa como Sir Walter Scott, Irvine Walsh, JK Rowling, Sir Arthur Conan Doyle o Robert Louis Stevenson.
Los viajeros más observadores podrán encontrar las placas que marcan los lugares de residencia de célebres escritores como Robert Louis Stevenson o Muriel Spark así como las viejas tabernas de la parte antigua de la ciudad donde algunos de los escritores se sentaban a buscar la inspiración, como la autora de Harry Potter en The Elephant House.
Otros lugares imprescindibles en una ruta literaria por Edimburgo son el ahora renovado Puerto de Leith, retratado en los 80 en la famosa novela Trainspotting de I. Walsh, el Monumento a Scott, el mayor del planeta dedicado a un escritor, la estación ferroviaria de Waverley, el Museo de los Escritores y Rose Street, en cuyas jardineras hay escrito el verso de un autor escocés, como homenaje a la generación de poetas que se reunía en la tabernas de esta calle. Además, durante todo el año, se celebran un gran número de eventos literarios y también se ofrecen multitud de tours guiados sobre las novelas gestadas en la ciudad más famosas.
8. Explorar el Dean Village
Dean Village © Jhon Manson - www.flickr.com/photos/91451979@N00/7102430233
Dean Village fue una próspera zona industrial fundada en el siglo XII y situada a escasos minutos de la ciudad que trabajaba con los molinos de agua del río Leith y que cayó en desuso en la década de los 60. Años después, se inició un plan de recuperación de la zona y se convirtió en una de las áreas residenciales más agradables y tranquilas de la ciudad. No hay que irse de Edimburgo sin darse un apacible paseo por este encantador paraje salpicado por casas de piedra del siglo XVII y un pequeño puente que nos dirige a un bello sendero en la ribera del río (Water of Leith) donde se pueden ver hasta 80 especies diferentes de aves y peces y que en la actualidad es utilizado por los habitantes de la ciudad para la práctica de deportes, desde el ciclismo a la pesca.
9. Escuchar música en directo
Además de los multitudinarios festivales que se celebran en verano, como The Fringe, que aunque las entradas son de pago, hay un gran número de actuaciones y actividades gratuitas a lo largo de toda la ciudad, muchos de los pubs más conocidos como The Royal Oak o Whistle Binkie’s, ofrecen actuaciones en directo de música folk, rock y sesiones improvisadas prácticamente a diario y aunque se debe pedir una pinta para poder acceder al local, los conciertos son gratuitos.
10. Ir a la playa
Portobello Beach es la playa de Edimburgo, accesible en autobús a tan sólo 10 minutos de Princess Street. El lugar que siglos atrás fue un refugio de marineros y contrabandistas, se ha convertido en uno de los lugares de esparcimiento favoritos para los edimburgueses gracias a su larga franja de arena fina y a su agradable paseo marítimo que todavía mantiene ese encanto de los antiguos complejos vacacionales costeros. También cuenta con varias escuelas de deportes acuáticos y zonas de ocio para toda la familia.
Por último, hay que recordar que en septiembre se celebra el Día de Puertas Abiertas, una ocasión única para explorar (y de manera gratuita) lugares de Edimburgo que suelen estar cerrados al público.