Bienvenidos a Filipinas

Arrozales verde esmeralda, volcanes humeantes, urbes atestadas, ‘yipnis’ decorados con grafitis, tarseros de ojos saltones, búfalos de agua y gente sonriente y despreocupada definen el archipiélago.

Un país único

Filipinas es un archipiélago apartado del continente asiático no solo en términos geográficos, sino también culturales. Su principal peculiaridad es su arraigado catolicismo, fruto de 350 años de dominio español, época de la que aún se conservan vestigios como las exuberantes fiestas de los pueblos o las vetustas iglesias. Por otro lado, los centros comerciales, las cadenas de comida rápida y la difusión del inglés revelan también su posterior pasado como colonia estadounidense. Sin embargo, a pesar de estas influencias externas, Filipinas ha mantenido su propia identidad, y los filipinos, orgullosos de serlo, siempre alegres y acogedores, acaban cautivando con ella a los visitantes.

Islas paradisíacas

Las playas filipinas son una auténtica delicia. Con miles de islas tropicales, las hay para todos los gustos, desde idílicas calas de arena desérticas en mitad del océano, a paisajes volcánicos de ensueño que esconden lagunas ocultas y enormes islas en expansión. Para tomar el sol o hacer submarinismo, hay que ir a las Bisayas, donde los más aventureros pueden montar una tienda de campaña en alguna playa solitaria y sentirse como Robinson Crusoe por unos días.

La vida en el trópico

A todo el mundo puede pasarle: que la lluvia del monzón arruine su estancia en el paraíso. Pero, en lugar de dejar que esto suceda, lo mejor es aprovechar esa incertidumbre meteorológica para dejarse llevar e improvisar y, cuando el clima sea más duro, desplazarse a zonas donde haga mejor tiempo, pues en Filipinas se puede prescindir de reservar alojamiento y recorrer el país es barato. De todas formas, hay que tener en cuenta que en Palawan y en el litoral occidental, llueve entre julio y septiembre; por lo que durante esos meses se aconseja visitar el este (a menos que haya alertas de tifón).

Actividades al aire libre

Filipinas es famosa por sus playas, pero también es ideal para los aficionados al deporte. Los surfistas pueden montar espléndidas (aunque inconstantes) olas, y los buceadores llevan mucho tiempo enamorados de las profundidades submarinas del país. El norte de Palawan es perfecto para remar en kayak y Boracay y Pagudpud (norte de Luzón), para el kitesurf. Aparte de deportes acuáticos, se puede hacer senderismo en todas las islas, y tanto el barranquismo como la bicicleta de montaña son cada vez más populares. Además, Filipinas es la capital mundial de la tirolina.

Por qué me gusta Filipinas

Por Greg Bloom, autor

Es fácil dejarse seducir por sus 7000 islas tropicales; no obstante, no es solo por sus maravillosas playas por lo que sigo aquí, sino por otras cosas más sutiles. Como los largos paseos en yipni por la sierra del norte de Luzón, seguidos de una ronda de chupitos de ginebra con los ancianos indígenas en el da-pay (lugar de encuentro); comer pescado fresco en un interminable paseo en bangka por la isla de Palawan; beber una San Miguel bien fría al atardecer; tener amigos llamados Bing o Bong, y usar expresiones como comfort room para referirte a un baño público; e, incluso, me atrevería a decir, por el karaoke. Eso es, sencillamente, amor.

 

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