Visitar la zona cafetera de Nicaragua no se reduce a beber una taza tras otra: es salir a ver de dónde viene.
El café concentra la mitad de las exportaciones de Nicaragua y es el motor de su economía. En 1999 los precios del café cayeron por debajo de los costes de producción, lo que llevó a muchos agricultores nicaragüenses a ensayar nuevos métodos de producción, entre ellos el comercio justo, que es hoy el sector del mercado cafetero con más rápido crecimiento. Estos cultivadores quizá solo obtengan unos 2 US$ por día, pero en una región extremadamente pobre donde la electricidad y el agua corriente son lujos, un precio más justo del café significa tres comidas al día y la posibilidad de organizar el futuro.
Se pueden visitar las regiones nicaragüenses donde se cultiva café y caminar entre las matas sombreadas por la selva, o recoger bayas maduras junto con los anfitriones en una cooperativa agrícola. ¿Y por qué parar aquí cuando se puede seguir tras los granos hasta la planta torrefactora y aprender a identificar los sabores? Después de esto, el café mañanero se paladeará de otra manera.