Explora lo mejor en viajes 2024
Al entrar en una celda de aislamiento del Pabellón D, cerrar la puerta de hierro y escuchar con atención, se oye el murmullo de la vida cotidiana al otro lado de las rejas y la bahía. Así se comprende el peculiar tormento de la prisión más célebre de EE UU y por qué los internos se jugaban la vida en las corrientes para huir. Las visitas diurnas incluyen circuitos con audioguía en las que presos y guardias rememoran la vida en prisión; los populares circuitos nocturnos son guiados por guardas del parque. En el barco de vuelta uno aprecia la libertad más que nunca.