Es un lugar intemporal que evoca Las mil y una noches. Al pasear por sus angostas calles se pasa junto a señoras vestidas con coloridos chales que conversan junto a maltrechos umbrales y adustos grupos de hombres con túnicas blancas que pasan el día jugando al dominó. Al atardecer, el puerto de Moroni es una de las estampas más bellas del Índico.
Moroni

David Stanley_Flickr