Comienza en el mercadillo de Waterlooplein, donde venden desde botas a estatuas de Buda. El taller de Rembrandt se halla en las inmediaciones. El Museum het Rembrandthuis ofrece una mirada al santuario del maestro, incluido su caballete salpicado de pintura. El vecino Gassan Diamonds ofrece circuitos gratuitos.
En Tokoman se pueden comer deliciosos sándwiches de Surinam, antes de pasear hasta el Plantage para ver las exposiciones sobre la resistencia durante la II Guerra Mundial en el Verzetsmuseum. Después se recomienda beber cerveza ecológica a los pies de un auténtico molino de viento en Brouwerij ʼt IJ.
Se pasa la velada en la terraza de De Ysbreeker, contemplando el bullicio y las casas flotantes sobre el río Ámstel, o en la azotea del exclusivo Canvas gozando de las vistas.