Todo el Pirineo catalán
El Pirineo catalán se extiende desde la Val d’Aran, rodeada de altas montañas y con una de las mejores estaciones de esquí de toda España, hasta el Cap de Creus, que cae abrupto sobre las aguas del Mediterráneo. Plagado de senderos, es ideal para conocerlo en un viaje en familia, y su gastronomía es notablemente variada.
1 Vall de Boí
Hacen falta por lo menos tres días para recorrer la Vall de Boí, con sus iglesias románicas que son Patrimonio Mundial. De visita imprescindible es el templo de Sant Climent de Taüll, con un video mapping que recrea los frescos originales. Una experiencia termal en Caldes de Boí puede ser un buen colofón a los paseos a pie o en bici por el valle.
2 Val d’Aran
Tras cruzar el túnel de Vielha, se toma como base la ciudad homónima, capital de la Val d’Aran, para recorrer durante cuatro días este cerrado valle con rincones tan interesantes como los Uelhs deth Joèu, el Saut deth Pish, la Val deth Salient y la piscifactoría de esturiones de Les hacia el norte, o los Banhs d’Arties, el Pla de Beret y las afamadas pistas de esquí de Baqueira Beret hacia el este.
3 Llavorsí y Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici
Tras cruzar el puerto de la Bonaigua, se llega a la comarca de Pallars Sobirà, atravesada por el Noguera Pallaresa, río que es sinónimo de deportes de aguas bravas. Hay que pasar al menos una jornada practicando rafting con ayuda de alguna de las agencias de Llavorsí y al día siguiente subir, desde el pueblo de Espot, hasta el Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici.
4 La Seu d’Urgell
Un buen tramo del eje transpirenaico permite llega a La Seu d’Urgell, un casco antiguo de aire medieval presidido por la catedral de Santa Maria d’Urgell, en cuyo claustro se celebra la primera quincena de agosto el Retaule de Sant Ermengol. En la ciudad es preceptivo probar alguno de los variados quesos artesanales que se elaboran en todos los Pirineos.
5 Puigcerdà
Después de recorrer toda la Cerdanya, bien protegida a ambos lados ‒al norte, el Pirineo en estado puro; al sur, la imponente mole de la sierra del Cadí‒, se llega a Puigcerdà, uno de los principales núcleos culturales y comerciales del Pirineo catalán, con su célebre estanque. Aquí hay que parar unos días para hacer diferentes excursiones por toda la comarca.
6 Ripoll
La collada de Toses llega hasta Ribes de Freser, desde donde se puede subir en el tren-cremallera para visitar la Vall de Núria, y luego continúa hacia Ripoll, cuyo monasterio de Santa Maria deslumbra con su portada de mediados del s. XII repleta de escenas bíblicas grabadas en la piedra.
7 Vall de Camprodon
Continuando la ruta, se pasa por Sant Joan de les Abadesses hasta llegar a Camprodon, villa de gran interés monumental, paisajístico y comercial. También aquí hay que hacer una parada de varios días para explorar sus valles y visitar rincones como Beget, quizá el pueblo más bonito de todos los Pirineos.
8 Cap de Creus
La última cita de este itinerario por el Pirineo catalán es el Cap de Creus, que se asoma frente al Mediterráneo, con el monasterio de Sant Pere de Rodes, y las localidades de Cadaqués y Portlligat.