Cuarto día
Se empieza la jornada admirando obras maestras, tanto antiguas como vanguardistas, en el Statens Museum for Kunst, con muestras de grandes artistas daneses como Vilhelm Hammershøi, Asger Jorn y Per Kirkeby, así como una de las mejores colecciones del mundo de obras de Matisse; para despejarse, el Botanisk Have está al otro lado de la calle.
Por la tarde, se explora Nørrebro, el barrio más animado, genial y multicultural de Copenhague, paseando por calles como Jægersborggade, Elmegade y Guldbergsgade, con tiendas de moda y estudios donde venden desde cerámica local hasta lámparas danesas modernas y retro. Para tomarse un respiro, nada mejor que ver pasar la gente en el original parque urbano Superkilen o echarse una siesta en el encantador Assistens Kirkegård.
La noche se puede disfrutar en alguno de los muchos peculiares bares de Nørrebro, como las populares cervecerías artesanales Brus y Mikkeller & Friends o el evocador Kind of Blue. Si apetece música en directo y sesiones de discoteca, hay que ir al Rust.