Nada como el incomparable paisaje de prados de flores y lagos de Sierra Nevada. Este viaje de 1360 km hay que hacerlo en verano, cuando las carreteras están abiertas.
Los Sequoia National Park y el Kings Canyon National Park son sorprendentes, con los árboles más grandes del mundo y un desfiladero más profundo que el Gran Cañón. Se continúa al oeste y el norte hasta el Yosemite National Park, donde estruendosas cascadas y monolitos de granito erosionados se alzan sobre un verde valle. La elevada Tioga Rd (solo verano), en Yosemite, permite contemplar las cimas nevadas de Sierra Nevada. Al sur por la Hwy 395 se llega a Mammoth Lakes, campamento base de aventuras durante todo el año, y tras otros 160 km, a Lone Pine, a la sombra del inmenso monte Whitney.
Al norte queda el lago Mono y sus curiosas formaciones de toba calcárea, visibles desde un kayak. Se continúa al lago Tahoe, una joya de intenso color azul acunada por picos entrecruzados por escarpadas sendas, manantiales y pistas de esquí, y se cruza la frontera de Nevada para ver los casinos y el ambiente nocturno de Reno.