Pasar la mañana admirando los edificios de la arquitectura más soberbia de Boston, reunidos alrededor de Copley Sq, gozar del arte y los libros de la Biblioteca Pública de Boston y contemplar las magníficas vidrieras de la Trinity Church. Para almorzar, darse un capricho con una deliciosa comida en el Courtyard.
Por la tarde puede visitarse uno de los fabulosos museos de arte. Por desgracia, habrá que escoger entre la excelente y colosal colección del Museum of Fine Arts y la más reducida (pero no menos extraordinaria) del Isabella Stewart Gardner Museum. Ninguna decepcionará.
A última hora de la tarde se puede ir al Fenway Park para ver jugar al béisbol a los Red Sox. Si no se tiene la suerte de encontrar entradas, se puede ir al Bleacher Bar para echar un vistazo al campo. Si al viajero no le va el deporte, tal vez prefiera disfrutar de un concierto de la excelente Boston Symphony Orchestra, en el mismo barrio.