Aquí, en el centro espiritual y geográfico del país, todo gira en torno a los volcanes y a los cafetales, y sin insoportables aglomeraciones. Se puede empezar la pintoresca ruta de los volcanes recorriendo los lagos y los senderos alrededor del volcán Poás, una opción accesible para ver un cráter activo.
Se continúa hasta San Isidro de Heredia para ver perezosos y tucanes rescatados, y para conocer la historia del chocolate en la región. Luego, se hace rafting por el río Pacuare, uno de los mejores de aguas bravas de América Central.
De allí se pasa al Monumento Nacional Arqueológico Guayabo, el único yacimiento arqueológico relevante de Costa Rica, con antiguos petroglifos y acueductos. Finalmente se desciende al corazón del valle de Orosi, zona cafetera, para recorrer el “cafeinado”, un bucle de 32 km que pasa por la iglesia más antigua de Costa Rica y por una sucesión infinita de colinas verdes. Para terminar, una visita al templo más imponente del país: la colonial basílica de Nuestra Señora de Los Ángeles, en Cartago.